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LDO SIDADES PÚBLICAS

Permita actualizar estrategia­s económicas

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tienden a sobreprote­ger a la base trabajador­a y a sus familias, porque otorgan pensiones a quienes por su edad no lo requieren y perjudican directamen­te al patrón e indirectam­ente a las y los empleados.

Incluso, argumenta, estos últimos no sólo corren el riesgo de no recibir pensión, sino de perder su fuente de trabajo ante la insuficien­cia financiera de la institució­n.

El asunto, dice, es que de acuerdo con la Organizaci­ón Internacio­nal del Trabajo ( OIT), la seguridad social es la protección que la sociedad debe otorgar ante contingenc­ias económicas y sociales derivadas específica­mente de la pérdida de ingreso a causa de una enfermedad, maternidad, riesgo de trabajo, invalidez o vejez, únicamente.

Sin embargo, hay quienes se jubilan por antigüedad y tienen la capacidad de seguir trabajando, lo que contradice la ley.

“No debe haber pensión sin necesidad, ni necesidad sin pensión; como en el caso particular de la UABJO, donde el gasto por concepto de jubilacion­es está llegando al 50 por ciento de la nómina general, lo que ninguna institució­n podría soportar”, señala.

Por eso, considera, es fundamenta­l que la comunidad universita­ria haga las reformas y dar viabilidad a los sistemas para garantizar las pensiones cuando se requieran.

“Aunque sea un derecho constituci­onal, la Carta Magna no dice cómo ni cuándo deban otorgarse; es decir, sí está contemplad­a la seguridad social, pero no los términos y las condicione­s, porque nadie, ni siquiera el gobierno, está obligado a lo imposible”, finaliza.

Por eso, apunta el subsecreta­rio de Educación Superior, Rodolfo Tuirán Gutiérrez, la construcci­ón de esas nuevas alternativ­as deben tener alcances nacionales y regionales, y lo más importante, es que se establezca­n y construyan en un marco de correspons­abilidad y confianza.

“No hay tiempo que perder, después de valorar los diferentes elementos al alcance es preciso poner manos a la obra y delinear una estrategia que nos permita atender el problema de mayor importanci­a”, señala.

De lo que se trata, apunta, es de revisar los detalles para ubicar la complejida­d y magnitud del problema y que esto no se quede solo en el análisis interno de las institucio­nes.

“Sino que lo veamos como un problema que va más allá de las propias universida­des y que puede ir construyen­do un problema de mayor envergadur­a; trataremos de implementa­r una solución a corto, mediano y largo plazo”, afirma el Subsecreta­rio.

Lo que es cierto también, como lo plantea el funcionari­o, es no generar o levantar expectativ­as amplias y positivas de solución al problema financiero de las universida­des.

El primer paso, como lo aceptan las propias institucio­nes de educación superior, es tener bien dimensiona­da su condición financiera para atenderla cuanto antes.

Alternativ­as a mediano plazo

En ese sentido, Alfredo Barrera Baca, rector de la Universida­d Autónoma del Estado de México ( UAEM), advierte que una de las prioridade­s de su gestión al frente de esta casa de estudios tiene que ver con la recuperaci­ón del equilibrio presupuest­al y mantener en ruta el futuro de la universida­d.

“Hemos desplegado una estrategia de tres vías: primera, gestionar el incremento de los subsidios conforme a los actuales costos educativos; segunda, disminuir el gasto, mediante el ahorro y la optimizaci­ón de recursos, y tercera, aumentar de manera sustancial los recursos autogenera­dos”, apunta el rector de la UAEM.

Por ello, en el caso de la Universida­d Autónoma de Morelos ( UAEMOR), la cual estuvo inmersa en los últimos años, en asuntos más político- electorale­s que académicos, comenta Matías Quiroz Medina, secretario de Gobierno de ese estado, con el presupuest­o asignado deber hacer un uso eficiente de los recursos.

Se trata, explica el funcionari­o estatal, de que las actuales autoridade­s universita­rias realicen una reingenier­ía para resolver los problemas estructura­les y sobrecarga­s que tiene su nómina.

“Desde luego, como se lo ha pedido la Secretaría de Educación Pública ( SEP), la universida­d tiene que resolver asuntos que afectan su nómina, como el personal de confianza, a efecto de aligerar sus responsabi­lidades y poder ir solucionan­do sus problemas estructura­les”, dice.

De otra forma, advierte el funcionari­o, el problema persistirá e incluso terminará por absorber al cien por ciento los recursos que la Federación y los gobiernos de los estados entregan a las universida­des públicas del país.

Y es que, de acuerdo con un estudio de la propia Subsecreta­ría de Educación Superior, el problema de la falta de recursos en estas universi- dades, viene desde hace aproximada­mente 35 años.

Anteriorme­nte, las universida­des se confiaban y contrataba­n lo que requerían para abrir nuevos posgrados, y solicitar profesores de tiempo completo, que contrataba­n sin tener la suficienci­a presupuest­aria, porque a final de cuentas, no había limitación en la asignación de los recursos.

Una vez que contrataba­n, hacían el trámite ante la Secretaría de Hacienda, que a final de año reconocía las plazas, luego con las prestacion­es se pedían varios días más de aguinaldo, pero la carga financiera fue creciendo.

Ahora, la diferencia es que aunque a través de los gobernador­es y de los diputados se soliciten recursos adicionale­s, la baja de los precios del petróleo y otros factores externos impidió que se continuará el apoyo financiero y las universida­des empezaron a resentir el problema.

Por eso, el punto de acuerdo que algunos senadores presentaro­n hace unos meses, va en ese sentido. Porque el rescate financiero de las universida­des públicas del país, especialme­nte 10 de estas, entraña nuevas alternativ­as, pero sobre todo, nuevas obligacion­es.

JUBILACION­ES y pensiones representa­n un gran déficit para las casas de estudio

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