Reforma enriquecedora
Por su parte, Javier Garciadiego, ex presidente de El Colegio de México, felicitó al FCE por cumplir con un compromiso asumid hace décadas que inició con el libro México 50 años de Revolución publicado en cuatro volúmenes para hacer un recuento de lo logrado hasta entonces por los regímenes revolucionarios en materias económica, política, social y cultural.
El libro que hoy nos ocupa, expuso, “es una afortunada variante de tales proyectos que busca, como se ha hecho en otras ocasiones, registrar y explicar los mejores logros del sexenio que concluye”.
Soy consciente, continuó, que muchos seguirán haciendo análisis y conformando su memoria a partir de toneladas de cascajo pseudointelectual que se publican por muy variados medios al término de cada periodo presidencial. Nunca podremos reconstruir y evaluar la historia inmediata del país si nuestras únicas fuentes son simples diatribas y descalificaciones.
“Para tener una visión correcta y madura de nuestros tiempos, es preciso contar con fuente connumeradas y rigurosas, elaboradas, de ser posible, pos sus protagonistas. Éste es el caso del libro de Otto Granados Roldán. Nadie más informado que él para escribir sobre tan importante tema”.
Garciadiego considera que para mejorar la calidad de la educación debía mejorarse la gobernanza del sistema educativo nacional. Por ende, el primer paso debía ser la recuperación para el Estado de la gestión educativa.
Aunque el hubiera no se conjuga ni en historia ni en política, permítaseme decir que la reforma no hubiera sido realizable de prevalecer un sistema cerrado, en que las principales decisiones eran tomadas dentro de los cauces de una decisión corporativa. O sea, para hacer una reforma sustantiva de la educación nacional, primerotenía que cambiarse la gobernanza del sistema educativa, explicó Garciadiego.
En efecto, Otto Granados reconoce que las evaluaciones terminan siendo dañinas si se utilizan para estigmatizar, recuerda Garciadiego. “No tengo dudas: para mí la reforma educativa se justifica sobradamente al poner a los niños como sus principales beneficiarios, como el objetivo último y cuando dice que lo esencial será tener buenos maestros en el aula. Todo lo demás parece secundario o insuficiente ante estas afirmaciones.
En el marco del proceso electoral, Javier Garciadiego dijo que como historiador y educador, “estoy convencido que la reforma educativa trasciende cualquier contienda electoral. Por eso me permito terciar en el debate”.
La reforma educativa es irreversible porque la impuso la historia, aseveró. “Porque es adecuada para nuestros y para nuestros retos y dilemas. Congratulémonos de que el secretario haya captado la exigencia de los tiempos y haya asegurado el cambio, de que lo esté conduciendo, encabezando así una lucha de millones de mexicanos, de los muchísimos mexicanos que pensamos en el hoy y el mañana, y que el pasado lo vemos como antecedente, nunca con nostalgia”