PASIÓN POR LA PALABRA
Celebramos la difusión del arte, educación y cultura por medio de la letra impresa
Héctor Martínez Rojas
“Llévame al otro lado de la noche, adonde yo soy tú somos nosotros, al reino de los pronombres enlazados”
Es c r ibi r p a r a las páginas de
Campus es un verdadero placer. Durante poco más de un lustro, en estas páginas hemos tenido la oportunidad de hablar de presentaciones de libros, exposiciones en museos, movimientos artísticos, programas radiofónicos, poemas y poemarios, conciertos, economía cultural y otros datos duros del sector; en política educativa hemos buscado ser claros con respecto a la evaluación docente, a la fuerza plena que ejerce el SNTE dentro y fuera de las aulas, la necesidad de capacitación y la infranqueable integración de los padres de familia a la comunidad escolar. Sin olvidar que vivimos en un país donde la mitad de las escuelas son multigrado, las cuales están destinadas a la mitad paupérrima del país, la misma mitad que nos recuerda nuestro subdesarrollo pero nunca nuestro desanimo ni desaliento.
Este piroglosario semanal es una pasión convencida de que el lenguaje determina de cierta forma la manera en la que nos relacionamos con el mundo. Hemos intentado transmitir esa alegría y ese gusto por visitar tal o cual exposición, por leer tal o cual libro, muchas de las exposiciones que hemos recomendado, es cierto, son exposiciones oficiales y es justamente ese el propósito, de forma deliberada hemos intentado ayudar un poco al entendimiento, al sano vínculo entre gobierno y sociedad, encontrar la ruta de la prosperidad a través del arte, la educación y la cultura para abrir las puertas del bienestar a todos los mexicanos.
Mis limitaciones son amplias y cubrir el vasto universo que comprenden nuestros temas: la educación y la cultura, me representa
— seguramente siempre me representará— una meta inasible, no por ello dejaré de emprender este placentero empeño. Lo sabemos, por mucho que nos guste, leer es un esfuerzo, aprender, educarse representa un esfuerzo, pero mientras gocemos de esperanza los sacrificios de hoy, estamos seguros, gozarán de los frutos del mañana. Idea es forma, apariencia, así las palabras visten al mundo, nombrar es crear; el origen de las ideas es el origen de nuestras lenguas, escribir también es una forma de entendernos, de poner nuestras ideas en claro y por supuesto crear otros mundos.
El reciente fallecimiento del escritor Fernando del Paso ( 19352018) premio Cervantes 2015, nos recuerda esa fortaleza cósmica de la palabra la cual acendró en sus obras más connotadas. Somos individuos al infinito abandonados. Al ser parte de esa inmensidad, ¿ qué podemos reclamar como propio?, el lenguaje es el marco de contención de nuestro mundo. El modo en el cual decodificamos lo que nos presentan nuestros sentidos. “Lo que llamamos filosofía surgió solamente de los errores en el uso del lenguaje”, aseguraba el filosofo francés Jacques Derrida.
“Para expresar el contenido de nuestro reducido conocimiento, el hombre ha inventado e incesantemente elaborado ese sistema de símbolos y filosofías implícitas que denominamos lenguajes. Cada individuo se convierte enseguida en beneficiario y víctima de la tradición lingüística en la que ha nacido. Es beneficiario en cuanto el lenguaje facilita el acceso a las acumuladas constancias de la experiencia ajena; y se convierte en víctima en cuanto le confirma la creencia de que ese reducido conocimiento es el único conocimiento y en cuanto deja hechizado su sentido de realidad”, acertó al plantear Aldous Huxley en Las puertas de las percepción.
Kant, quien pensaba que el matrimonio era sólo una fuente de distracciones que lo alejaba del conocimiento, entendía que lo que podemos conocer es lo que podemos decodificar, la mezcla entre lo que nos dan nuestros sentidos y lo que nos da nuestra estructura perceptual; dicho de otro modo, lo que nosotros conocemos está condicionado por lo que nosotros somos capaces de organizar. De este modo, el noumeno, lo pensado, no es posible sin el pensador. El físico Roger Penrose, al respecto, es bastante claro: “un universo sin conciencia de ser es un universo incompleto”.
De los nervios a la piel y de la piel a los nervios, somos y hacemos el mundo. En la pregunta ¿ dónde se encuentra el sabor de una manzana? Seamos conscientes de la raíz que comparte la palabra sabor y la palabra saber. La respuesta podría estar primero: en la manzana misma y después, en las papilas gustativas de quien pudiera probar dicha manzana; sin embargo, lo prudente sería decir, que el sabor, está en el encuentro entre la manzana y quien degusta la manzana. Así los afanes literarios, como expresara nuestro querido Alfonso Reyes, “quiero que la literatura sea una cabal explicitación, por mi parte, no distingo entre mi vida y mis letras. ¿ No dijo Goethe: Todas mis obras son fragmentos de una confesión general?
De esta forma, el sendero de leyendas que propician los 16 años de trayectoria de Campus no son menores; será acaso — hemos de plantearlo aquí— el estado de huella al que Derrida se refiere en la diferancia. La verdad está en el lenguaje, nos ha dicho Wittgenstein, una sola letra, puede hacer ruydo, debemos estar convencidos. Verbo es Verdad, es nuestro ánimo, nuestra divisa. Y del mismo modo como Jean Paul Sartre entendiera que: “existir es comprender”, enhorabuena pues por estos años que han procurado cimientos de comprensión y entendimiento a favor de la prosperidad sustentable, el impulso por la educación y formación de millones de mexicanos.
No podría rematar estas breves líneas — pasto para los especialistas— sin agradecer la confianza y el espacio otorgado por el Dr. Jorge Medina Viedas, pues sin su aprecio y guía, este glosario de la cultura no existiría. ¡ Muchas felicidades a todos los lectores y colaboradores, fuerte, fuertísimo abrazo!
PARA JEAN PAUL Sartre existir era comprender, y gran parte de nuestra comprensión del universo nos llega por medio del lenguaje El lenguaje es el marco de contención de nuestro mundo. El modo en el cual decodifi - camos lo que nos presentan nuestros sentidos”