Todo por demostrar
Con eso que estamos en la temporada en la que brotan por todos lados los que se ufanan de ser parientes o amigos cercanos del nuevo gobernador, o de algún miembro del nuevo gabinete mexiquense y sus derivados, en la charla recurrente tal vez hay quienes aplican cierta generosidad para hablar de sus potencialidades y mesura para referir sus limitaciones, pero a algunos nos es difícil ser pródigos en los elogios cuando hay pocos elementos en la mayoría de los casos, menos si no se sueña con una “chamba” en compensación por ello.
Tras haber intercambiado opiniones en diferentes espacios de discusión sobre el equipo con el que arranca el nuevo gobernador, ha sido ineludible caer en el análisis del parentesco, los vínculos de amistad con el mandamás o el grupo político de referencia como causa de su incorporación y, a fuerza de ser sinceros, eso no los hace más recomendables como funcionarios públicos; siendo justos tampoco se les puede condenar por ello, aunque no sea su mayor mérito y talento el les que abrió las puertas.
Así, todos los funcionarios recién nombrados y los que se sumen en días por venir, a lo mucho tienen un boleto para la zona del “beneficio de la duda”, ojalá puedan con eso y no se aboye el insuflado orgullo de alguno.
Los hay que tienen la madurez de la edad y la experiencia en el servicio público como mayor fortaleza, otros que cuentan con grados académicos y juventud, otros con grado y especialización pero poca experiencia; pero en alguna de esas condiciones podrían estar cientos de miles de mexiquenses y es ahí cuando nuevamente sale a relucir el peso de las relaciones reales, la confianza que se han ganado de una persona o el servicio que le han dado en un “equipo”, lo que hace la diferencia que los pone en la cima.
Estas cavilaciones son alimentadas por la propia información que el gobierno estatal difundió sobre los secretarios de Del Mazo. No dudemos ni de su integridad, vamos a lo más necesario; ¿Quién de ellos que manejaran cuantiosos recursos, creó, mejoró, modernizo, revolucionó, eficientó o innovó en algo que sirva al desempeño del gobierno? ¿Quién de ellos puede presumir como obra propia, algo que no sea incrementalista y que haya impactado probadamente de manera positiva en la seguridad, la movilidad, el desarrollo social, económico o el combate a la corrupción? No nos enteramos aún.
No es por ser aguafiestas, tampoco es una descalificación a priori, simplemente es que seguro sí están enterados de lo complejo y emproblemado que está el Estado y por ello es un simple recordatorio que con todo lo privilegiados que son -porque eso es el servicio público y más en el nivel que ocupantienen todo por demostrar.
Ojalá no lo pierdan de vista y sirvan a los mexiquenses, más que sólo a Alfredo Del Mazo Maza, a quien hay que desearle éxito por el bien de casi 17 millones de personas.