Éxito al gobierno 2017-2023
En plenas fiestas patrias recibimos al nuevo Gobernador del Estado de México, Lic. Alfredo del Mazo Maza y su equipo de colaboradores del Gabinete Estatal 2017-2023, a quienes deseamos todo el éxito en su gestión para bien de nuestro Estado.
Para esta ocasión, considero que para mi Columna semanal, resulta benéfico revisar algunos de los clásicos, que se refieren al Hombre Público, como en la extraordinaria obra: “Mirabeau o el Político” de José Ortega y Gasset: “La vida de un gran hombre político cambia de aspecto en el momento en que empieza a actuar como hombre público. En el cauce de la publicidad, de dilatadas riberas, parece aquel torrente vital ganar sus propias dimensiones y con ello un curso de ritmo magnífico, fértil y majestuoso. Entonces el contemporáneo o el lector de la biografía comienza a aplaudir; le entusiasma la audacia, la infatigabilidad, la eficiencia de todos sus actos y gestos, la entereza inmutable con que aguanta el insulto y resiste al ataque, la presencia de espíritu con que gobierna su persona en medio de la tempestad política”.
Hay que tener presente que la actividad pública no es para cardiacos, ni tampoco para violentos. Por ello, recuerdo una metáfora: “cuando se es responsable político, vale más no marearse cuando el barco se mueve un poco”, y en nuestro Estado, en plena época de sucesión presidencial y elecciones de legisladores, federales y locales, así como de ayuntamientos, así como vaivenes de la economía, demandas y compromisos, se mueve cada vez más, por lo tanto la experiencia recomienda: calma, no hay que marearse.
A propósito de esta metáfora, otro gran escritor, Azorín aconsejaba: “Sepa conservarse el político en el fiel de la balanza. No pierda nunca el sentido del equilibrio. En el arte del gobierno, el equilibrio consiste en ser entero o condescendiente, según los casos. No tema tampoco el político contradecirse cuando apele unas veces a la entereza y otras a la condescendencia. La inconsecuencia y la contradicción son la misma esencia de la vida”.
Siguiendo con Azorín: “La primera condición de un hombre de Estado es la fortaleza. Su cuerpo ha de ser sano y fuerte. El tráfago de los negocios públicos requiere ir de un lado para otro, recibir gente, conversar con unos y con otros, leer cartas, contestarlas, hablar en público, pensar en los negocios del gobierno. Y sobre todo esto, se requiere una naturaleza muy firme, muy segura, para no dejarse aplanar en aquellos momentos críticos de amargura, en que nuestros planes y esperanzas se frustran”.
Como coincidirán muchos lectores, de esos hombres públicos requerimos para superar la difícil etapa de gobernar inmerso en campañas y elecciones, y simultáneamente para seguir luchando por el auténtico y único progreso: el de las mayorías. Al Gobernador del Mazo y a todo su equipo les deseo el mayor de los éxitos.