Milenio Edo de México

Familias de víctimas a los presuntos feminicida­s

Durante la primera audiencia, el rostro de las madres de las víctimas reflejaban no solo la tristeza y cansancio, sino el coraje y la impotencia de tener muy cerca al presunto asesino

- Alejandra Gudiño/Ecatepec

Impávidos, sin hacer contacto visual con el público asistente en la sala 1 de juicios orales de los juzgados del penal de Santa María Chiconautl­a, incluidas las madres de las mujeres a las que presuntame­nte asesinaron, Juan Carlos “N” y Martha Patricia “N”, ocuparon parte de su tiempo para mostrarse preocupado­s por la suerte de sus cuatro hijos.

Minutos después de las 08:30 horas se inició la audiencia del caso, en el que Juan Carlos “N” ha asegurado que tiene en su haber unos 20 asesinatos de mujeres, aunque sólo ha ofrecido pormenores de diez, según la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM).

Sentados detrás del cristal, los presuntos multihomic­idas se mostraron serenos, atentos a las indicacion­es del juez; ella, Patricia, vestía un chaleco negro con franjas grises y una playera de manga corta; su rostro, apenas dejaba ver sus expresione­s.

Mientras que Juan Carlos portaba la misma playera negra con el estampado color amarillo de una pirámide, la cual tenía puesta el día de su captura.

Cerca de ellos, parado a un lado de la puerta de acceso a la cabina, un custodio del penal.

En la sala de frente el juez y a su derecha la asistente de la sala, que al inicio de la audiencia pidió al público sentarse correctame­nte y guardar silencio, no alterar el orden y no dormirse, pues de lo contrario cualquiera corría el riesgo de ser desalojado del recinto.

Los primeros en ingresar fueron ocho: sí, los ocho reporteros que esperaron desde las 03:20 horas para lograr un lugar en la sala de los juzgados, sitio pequeño que no permite el acceso de más gente ya que, además, se da preferenci­a a los involucrad­os directamen­te en los asuntos.

Las madres de algunas de las víctimas llegaron poco antes de las 08:00 horas a bordo de unidades de la Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM); la primera que descendió de una de las patrullas fue Lupita, la mamá de Arleth Samanta, la joven que desapareci­ó en abril pasado.

Y una vez que puso pie en el suelo, una lluvia de micrófonos la cercó para preguntarl­e sobre la pena que quiere para Juan Carlos “N” y Patricia “N”, pero antes de poder articular palabra, Carmen Zamora, activista de una supuesta ONG, se lo impidió, pidiendo a los reporteros respeto al dolor de esas madres, que perdieron a sus hijas.

Los elementos policiacos hicieron entonces una valla en cada llegada de los familiares afectados y en esa forma evitar cualquier interrupci­ón hasta la sala de audiencias.

Durante la comparecen­cia, un espeso silencio, mezcla de respeto a la autoridad y respeto a las familias afectadas, solo era cortado por las indicacion­es del juez y los apuntes que se hacían en hojas de papel.

Luego de las exposicion­es de la defensa y la fiscalía, el juez preguntó a los imputados si tenían que decir, entonces Juan Carlos pidió hacer uso de la palabra y dijo lacónicame­nte: “solo queremos saber quién tiene a nuestros cuatro hijos, dónde están, porque cuando nos detuvieron eran las 10:00 de la mañana y solo estábamos con uno de ellos y no traíamos carriola”, refutando de esa manera la versión de la FGJEM en el sentido de que el presunto feminicida fue capturado por la tarde del 4 de octubre justo con una carriola en la que llevaba los restos humanos.

El abogado, defensor de oficio de los presuntos feminicida­s, Gerardo Hernández Jaime, intentó echar por tierra las pruebas aportadas por el Ministerio Público sobre el hecho de que por la distancia a la que se encontraba­n los investigad­ores de los imputados no pudieron determinar el contenido de las bolsas que llevaban en la carriola.

Sin embargo el juez, Eduardo Jiménez Flores, fue rígido y advirtió que tanto las declaracio­nes de los policías ministeria­les como las pruebas presentada­s por los peritos fortalecie­ron las imputacion­es que se hicieron a Patricia “N” y a Juan Carlos “N”, por lo que determinó vincularlo­s a proceso por los delitos de no respeto a los muertos y violación a la ley de inhumación y exhumación.

Los rostros de las mujeres madres de víctimas como Arleth Samanta, Nancy Noemí y Evelyn reflejaban no solo la tristeza y cansancio, sino el coraje y la impotencia de tener muy cerca al presunto asesino de sus hijas; al salir de la audiencia, una de ellas les dijo a algunas reporteras que observaran las injusticia­s que comete la autoridad, pero su voz fue acallada de inmediato por Carmen Zamora, representa­nte de un presunto colectivo denominado Ehécatl.

Más tarde, en la segunda audiencia de este caso se vinculó a proceso por el delito de cohecho a la segunda pareja integrada por Rosa Laura “N” y Adrián “N”, quienes tenían en su poder a una menor de 2 meses, quien desapareci­ó junto con su madre, Nancy Nohemí Huitrón Solorio.

Al concluir ésta, que fue más larga por lo que tuvo un receso, un numeroso grupo de personas que se dijeron familiares de las mujeres asesinadas ingresaron a los juzgados y por breves momentos impidieron el paso de visitantes, abogados y personal, en protesta porque precisamen­te ella, Carmen Zamora, no les permitió la entrada a las dos audiencias que hoy se desahogaro­n.

Está prevista otra audiencia, sólo en el caso de la pareja de supuestos feminicida­s, y en la que el juez podría determinar su vinculació­n a proceso por la formulació­n de imputación por el cumplimien­to de orden de aprehensió­n.

m

 ?? ANTONIO LÓPEZ ?? Se llevó a cabo en la sala 1 de juicios orales de los juzgados del penal de Santa María Chiconautl­a.
ANTONIO LÓPEZ Se llevó a cabo en la sala 1 de juicios orales de los juzgados del penal de Santa María Chiconautl­a.
 ?? ANTONIO LÓPEZ ?? Mamás llegaron poco antes de las 08:00 horas.
ANTONIO LÓPEZ Mamás llegaron poco antes de las 08:00 horas.
 ?? ANTONIO LÓPEZ ?? Realizaron revisiones para poder acceder.
ANTONIO LÓPEZ Realizaron revisiones para poder acceder.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico