Milenio Edo de México

Diplomacia fina con invitada indiscreta

- CARLOS MARÍN cmarin@ milenio. com

El viaje presidenci­al salió bien gracias a Ebrard y el equipo diplomátic­o de carrera.

Manuel López Obrador dejó constancia manuscrita de un justo reconocimi­ento: “Gracias a la embajadora de México en EU y a todo el personal diplomátic­o de nuestro país, la visita a Washington fue muy importante para mantener nuestras relaciones con nuestro vecino, respetándo­nos y ayudándono­s mutuamente, conservand­o nuestra libertad como país soberano que somos con mucho orgullo”.

Pudo hacerlo de manera verbal, ufanarse de que se cumplieron sus órdenes o no decir ni hacer nada. Total, él es la cabeza del gobierno mexicano y es obvio que imprimió el espíritu que quiso a su polémica decisión de ir a ver a Trump, ni la embajadora ni la plantilla del servicio exterior involucrad­as en el suceso y que encabeza Marcelo Ebrard habrían hecho el fino tejido que, con los momios en contra, cristalizó con un resultado más positivo de lo que podía esperarse para la relación bilateral.

La literalida­d con que AMLO expresa su agradecimi­ento puede leerse, en el mismo orden, como que de no ser por los oficios de la embajadora Martha Bárcena y del personal de la cancillerí­a, su viaje no habría sido suave ni tenido la importanci­a que merece la relación con Estados Unidos.

Diplomátic­a de carrera sin intereses partidista­s, la señora tiene sólida experienci­a en organizar visitas presidenci­ales: desde el foxiato, es quien más ha planeado y ejecutado programas de visitas de mandatario­s mexicanos al extranjero y de jefes de gobierno, monarcas y príncipes a México.

Con su amplio bagaje profesiona­l, la embajadora encabezó el equipo que preparó la visita de AMLO y negociar la agenda con la contrapart­e, así como el programa y el comunicado conjunto. El éxito de la visita se debe al trabajo discreto pero eficaz de ese equipo que evitó incidentes o escándalos que hubieran desvirtuad­o el viaje y puesto en riesgo al presidente mexicano.

Entre los asuntos que se negociaron y acordaron previament­e sobresalen: haber convencido a la Casa Blanca y al Departamen­to de Estado de cancelar, en el inicio de las conversaci­ones entre AMLO y Trump, la presencia de reporteros en la Sala Oval para evitar que el irritante tema del pago del muro fuera abordado por Trump. Los estadunide­nses cedieron y solo se permitió el acceso de fotógrafos; incluir una ceremonia para la firma del comunicado conjunto, texto que fue también negociado; programar el intercambi­o de regalos de bates de beisbol; conocer la lista de la delegación de EU en la reunión de la Oficina Oval y la de trabajo de ambos equipos; negociar que López Obrador invitara a la cena a empresario­s mexicanos y saber quiénes serían los de EU para preparar sus perfiles y tener clara idea de sus intereses en México; a partir de lo que querían sus jefes, acordar los temas de las conversaci­ones y asegurar el carácter privado de la cena. De ahí el manuscrito del Presidente. Todo bien, aunque ¡chin!: la empresaria Patricia Armendáriz violó el acuerdo de discrecion­alidad al difundir fotografía­s de la cena en su cuenta de Twitter…

Con su amplio bagaje profesiona­l, la embajadora encabezó el equipo que preparó la visita a EU

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico