Marilyn y Carol Oates
Jamás había comprendido el uso y abuso de su persona, con el consentimiento de ella misma
Andy
Warhol hizo innumerables versiones de ella con su pelo como el oro, labios rojos, vestidos vaporosos; la que nos mira, nos sonríe, casi besa. Ernesto Cardenal la desacraliza en el poema donde ella entra al templo y la poesía nombra lo que le hicieron, ese deseo encarnado, la explotación de su cuerpo, el sueño convertido en pesadilla que termina en las fauces del machismo. Ahora, Joyce Carol Oates la inmortaliza como un ser dedicado al sexo, dispuesta a ser violada, apenas amada, golpeada por el estrellato donde el cine es un siniestro espejo donde la realidad está debajo del escenario; una hija de la perversión en un sistema que le arrebata la posibilidad de ser; donde el presidente de los Estados Unidos la usa como muñeca inflable de una tienda sexshop.
He leído todo sobre MM pero jamás había comprendido el uso y abuso de su persona, con el consentimiento de ella misma, sí, pensando que tarde o temprano sería reivindicada como una actriz antes que un símbolo sexual. No tuvo tiempo: se suicidó o la mandaron matar. Carol Oates maneja la doble intención y al final observamos una inocente a la deriva cuyo único patrimonio era su cuerpo y ni siquiera eso tuvo derecho de salvar, a excepción de sus películas, expuestas a la posteridad. MM es ejemplo de millones de crímenes cometidos contra mujeres donde el deseo es permitido exclusivamente a hombres en un sistema patriarcal. No me explico por qué las feministas no incorporan una figura como ella para reclamar que nunca más exista un asesinato como el cometido contra esta mujer que despertó las pasiones que la orillaron a su muerte.
Blonde es la novela publicada en el 2000 por una mujer que siempre se ha preocupado por los derechos humanos de sus iguales. Joyce Carol Oates es una gran escritora a la que deberíamos reivindicar por lo más alto de la literatura. Nadie había escrito historia más desgarradora de la intérprete de UnaEvaydosadanes. No es el glamur de la Actriz Rubia lo que importa sino la destrucción de una vagina y sus abortos en medio de un sistema que lo silencia.
Aún no termino de sentirme conmocionado después de terminar esta obra de ficción, tan real. Es interminable la guerra contra las mujeres.