Great again, mi serie favorita
Dicen que la realidad supera a la ficción, les creo. Solía ser una adicta a las series, pero desde la campaña presidencial de Estados Unidos las cambié por las noticias. Netflix y la lectura pasaron a segundo plano; mi nueva serie favorita Great again o Trumplandia, que en su versión en español tiene la ventaja de ser interactiva ya que, además del drama que suelo ver por las noches en CNN, puedo seguir los sucesos durante todo el día en las redes sociales.
Además de escuchar a los expertos, desde hace algunos meses sigo en las redes a varias personalidades norteamericanas de la política o medios, y a través de ellos me entero de cómo piensa la gente de lo que sucede en su país. Si bien el que
Great again sea interactiva es una gran ventaja, que tenga consecuencias reales a diferencia de las seis de la televisión —que no pasan de un coraje o unas lagrimitas— no lo es. Trumplandia ha puesto a más de uno a temblar, entre ellos al peso mexicano.
Desde el 20 de enero las emociones no han cesado. Un día son los fake news, otro día son las fugas de información de la Casa Blanca o la renuncia del general Flynn por sus nexos con Rusia, todo esto salpicado por masacres inexistentes, hechos alternativos, declaraciones absurdas y, desde luego, los tuits del protagonista que marcan agenda. Muchos ven el desarrollo de esta serie con preocupación. A principios de febrero, la revista Der Spiegel puso en su portada al presidente Trump decapitando a la Estatua de la Libertad por considerar que pone en peligro la democracia. Por las mismas fechas, The New Yorker puso en su portada la llama de la Estatua de la Libertad apagada, y The Economist, a Trump como un insurgente con bomba molotov en mano.
No sé en qué termine Great again. Hay que reconocer que es una serie salpicada de intriga: interferencia rusa en las elecciones, conflictos de interés, asesores que mienten (bueno, aquí también tenemos) y un presidente apoyado por el KKK, por mencionar partes de la trama. Escenarios que hacen difícil adivinar el final. Cualquier cosa puede suceder.
Vivimos un momento histórico muy complejo: el populismo predomina, las emociones se imponen a la razón, movimientos como la ultraderecha —que creíamos en tendencia de desaparecer— resurgen con sorprendente fuerza, nos amenazan con muros, cancelación de tratados y nos tachan de bad hombres. La necesidad de comprender el momento es grande. Quizá, por ello, estamos pendientes de todo lo que sucede en las noticias de una forma en la que no habíamos estado antes. Nos sentimos amenazados y vemos al mundo cambiar o, más bien, retroceder a una velocidad pasmante.
En nuestro país no cantamos mal las rancheras. Aquí preparamos la temporada 2018 de una serie bastante parecida a Great again: Macuspana
Reloaded. La similitud entre los protagonistas es escalofriante. Ninguno de los dos cree en las encuestas, a excepción de si les favorecen. Vaticinan que las elecciones serán fraudulentas, pero lo olvidan si triunfan. Sienten una gran debilidad por acusar sin prueba alguna. El protagonista de
Great again acusó al ex presidente de su país de espiarlo; mientras que el protagonista de Macuspana Reloaded arremetió contra el Presidente y al Ejército por los desaparecidos de Ayotzinapa.
Adoran denunciar a las “mafias del poder” y juran “limpiar el pantano”, pero lo cierto es que acaban a los pies de aquellos que critican. Tienen nexos con personajes impresentables, que desde luego niegan; en el caso de Trumplandia son con Rusia y en el de El Mesías, con los Abarca. Presentan un panorama negro, del cual solo ellos pueden salvarnos.
Tampoco puedo predecir cómo será la tercera temporada de Macuspana Reloadoed, aunque presiento que tendrá elementos similares a las series del 2006 y 2012. Estemos atentos. Está claro que el populismo puede tener consecuencias desastrosas, no cometamos los mismos errores que otros.