Una parte 2
Hablábamos de Google en la columna pasada y no nos alcanzó. De hecho podríamos hacer una sección de Google cada semana y no nos alcanzaría.
Su estructura y visión innovadora han permitido que sean gestores de una nueva cultura, y si adaptamos algunos de sus conceptos a nuestra vida diaria, podríamos obtener resultados distintos.
Toman como base los equipos pequeños para la construcción de organizaciones, tan pequeños como para poder ser alimentados con dos pizzas; ellos piensan que gastan menos tiempo en politiquerías y se preocupan menos por el hecho de quién recibe el crédito.
Su gran prioridad y motivo de éxito es la contratación del personal, es su base, es su secreto, es su pasión.
La no tan buena noticia es que contratar bien requiere de tiempo y trabajo. Pero es la mejor inversión que puedas hacer.
El adagio reza que siempre debes contratar a gente más inteligente y que sepa más que tú.
No contratan personas de las que no pueden aprender, las que sólo piensan en problemas, que sólo quieren una ‘chamba’, a los que son manipuladores, ni a los que sólo viven para trabajar.
Determinan qué persona tiene el mayor impacto y organizan a su alrededor, invierten en la gente que hará lo que piensa que está bien, sin importar que le den permiso o no.
Manejan al personal dándole responsabilidad y libertad, no les ordenan quedarse a trabajar hasta tarde, pero tampoco que vayan temprano con sus familias, solo los hacen dueños de las cosas que son responsables. Brindan elementos para que las cosas sucedan.
Eso sí, son firmes con las personas que violan los intereses básicos de la empresa, actúan con rapidez y decisión. Cortan de tajo.
Establecieron una cultura del ‘Sí’, decir ‘sí’ es la forma en que las cosas crecen, también lleva a nuevas experiencias y las nuevas experiencias llevarán al conocimiento. Piensan que algunas empresas suelen inventar formas elaboradas, pasivo-agresivas por lo común, para decir que no. Una negativa es como una muerte diminuta para los creativos-inteligentes.
Mientras más se divierten más logran hacer, triunfaron, y la clave fue no poner ‘Resistencia al cambio’.