Milenio Hidalgo

TUZOS GANAN EN EL AZTECA, PERO SON ELIMINADOS

El triunfo de Morelia deja sin posibiliad­es al Pachuca

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EHiginio Robles/México l fin de un ciclo. El lustro exitoso de América vio su punto final en el Azteca, las Águilas salieron con un doble seguro al partido contra Pachuca, estaban cerca de la liguilla, la acariciaro­n, la olieron. Cuando iban rumbo al vestuario llegó la noticia del gol de Ruidíaz que los eliminaba. Fue un partido loco el que se vivió en el Azteca, lo ganó Pachuca por 3-2, pero no le alcanzó a los Tuzos y tampoco a América, los dos se quedaron sin fiesta.

Al equipo de La Volpe le valía empatar para meterse a la liguilla, pero apareció Morelia y cambió los papeles. Como se esperaba, los dos equipos salieron a jugar sus cartas, fue un duelo que arrancó a buen ritmo en el Azteca, que se jugó de norte a sur y en el que los Tuzos supieron ser más efectivos. Es cierto que América no se resguardó en sus posibilida­des, se olvidó de la calculador­a y buscó un gol que le allanara el camino, pero las Águilas no tienen pedigrí al frente.

Los Tuzos fueron a lo suyo, era el equipo que estaba obligado a arriesgar, el equipo de Alonso se lanzó al frente, empezó a buscar sus opciones. Iban y venían los dos equipos, Hirving Lozano empezó a ser punzante por la banda izquierda, avisó con un desborde que Jara remató por encima. Seguía el intercambi­o de golpes. Hubo un lapso en el que América lucía mejor cuerpo, era veloz en la recuperaci­ón y se proyectaba al frente, pero en esos minutos en los que tenía mejor Los Tuzos se volvieron a imponer en el Azteca, aunque no les alcanzó para calificar a la liguilla. rostro fue cuando Pachuca le asestó el primer golpe. Dicen las leyes del futbol que lo que no aciertes en el área rival lo penalizara­s en la propia. Eso le pasó a las Águilas. Cuando William entró al área por la banda derecha tiró una diagonal que no alcanzó buen destino y la defensa tuza despejó, instantes después Pachuca armó un contragolp­e con Lozano lanzándose a la batalla contra cuatro jugadores americanis­tas, parecía que el Chucky se ahogaría, pero salió vivo del escenario adverso, chutó a gol y la pelota la desvió Valdez, el rebote le quedó a Urretavisc­aya que venció a Marchesín con un toque sutil.

Hasta ahí América seguía en liguilla, pero ese gol de los Tuzos desnortó a las Águilas que fueron perdiendo empaque. Pachuca reculó unos metros, pero el cuadro americanis­ta no encontró el modo de recuperars­e del golpe emocional. Los nervios se expandían en Azteca.

Después vino un doble golpe. Morelia se ponía en ventaja en Monterrey al 31’ y al 32’ llegó el segundo gol de los hidalguens­es. Una jugada en la que tomaron mal parada a la defensa que no pudo con la velocidad de Pachuca. Murillo salió desde el fondo, Lozano la prolongó para Guzmán quien llegó al área y chutó, Marchesín tapó el tiro, la defensa azulcrema no llegó a tiempo para despejar y Jara volvió tirar a gol, de nuevo bloqueó el portero, pero la bola le volvió a caer a Urreta que la empujó al fondo.

América se iba de la liguilla y no estaba metiendo ni las manos. Pachuca empezó a sentirse cómodo, se soltó en el Azteca, los Tuzos habían recuperado el gol en el momento clave, pero en esos instantes tampoco les valía el marcador, porque Morelia seguía con ventaja en Monterrey.

No había más, América tenía que arriesgar en el complement­o, estaba obligado a reaccionar, así que La Volpe mandó a Darwin por Mares. Necesitaba­n acelerarse las Águilas, pero sobre todo tener lucidez en ataque. Mientras Pachuca olía la sangre a la contra y tenía jugadores puntilloso­s para hacer daño.

Edson Álvarez rosó el descuento, pero su remate con la cabeza se fue desviado. Iba América al frente, más con arrebato que con un plan establecid­o, el reloj era un enemigo. Lainez centró y García evitó el gol de Darwin. Diego siguió buscando, pero no había suerte para el novel futbolista. Nervio y ansia en el Azteca.

América necesitaba goles, en la banca tenía a Romero, pero ni eso llevó a La Volpe a echar mano del argentino, el Chino quedó señalado cuando Ricardo Antonio mandó al campo de juego a Manuel Pérez. Podría pensarse que fue un movimiento sin sentido, pero no para La Volpe, porque fue Pérez quien tuvo el chance para el descuento en una pelota filtrada que mandó por encima. Pero la suerte le cambió en la siguiente jugada, cuando controló en el área y sacó un tiro cruzado con la derecha que venció al Conejo.

El gol revivió a las Águilas que cogieron valor, el estado emocional cambió de cuerpo y dos minutos después Pérez se vestía de héroe, el juvenil le pegó a la bola con la derecha y dejó inmóvil al Conejo. Golazo que evidenciab­a el tino de La Volpe. América empataba y se metía a la Liguilla.

Juego de locos en el Azteca, matar o morir, pero los Tuzos fueron martillo y volvieron a golpear con un gol de Murillo que conectó con la cabeza. De nuevo las Águilas a remolque y con un ojo pendientes de lo que ocurría en Monterrey. Al 86’ Pabón marcó de penal y le daba el pase al América. Luego Marchesín atajó un cabezazo de Murillo que mantenía el pase al América, pero el segundo gol de Ruidíaz en Monterrey dejó a las Águilas sin fiesta. La reestructu­ración debe dar inicio. América fue yunque y no martillo. Las cosas en Coapa tienen que cambiar. LA

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