Milenio Hidalgo

Noticias de la guerra

Cuando los grandes jefes caen, muertos o en prisión, las pandillas armadas se dedican a otros negocios: ordeña, secuestro, extorsión, tortura, ejecucione­s por encargo. No se necesita ser Churchill para saber que las mismas políticas seguirán dando los mis

- Gil s’en va gil.games@milenio.com

Gil leyó con los ojos de plato la noticia aparecida en sus periódicos: El presidente Peña ha enviado a 2 mil 500 militares y 500 policías oficiales de la Secretaría de Seguridad Pública contra los huachicole­reos. Equipos artillados y helicópter­os avanzarán sobre los refugios de la banda que desde el año 2011 se dedica al robo de hidrocarbu­ros en la zona del Triángulo rojo. Las fuerzas del gobierno federal intentarán desactivar a las organizaci­ones criminales de El

Bukanas y El Toñín, culpable de la muerte de cuatro soldados durante una refriega en el Palmarín.

“Con toda seriedad, vamos a salvaguard­ar la integridad, los valores y el patrimonio de las familias poblanas”, dijo el gobernador Gali Fayad. Gil se llevó los dedos índice y pulgar al nacimiento de la nariz y caviló: Gil quiere pensar que una noticia como ésta pudo leerse en el viejo periódico mexicano El País de principios de siglo XX: “Carranza envía 2 mil efectivos, artillería y caballería contra los alzados”. Gamés quiere decir algo que se sabía: México está en guerra. Dirán la misa quienes matizan la violencia, pero lo que se ve ni se pregunta y lo que se pregunta ni se ve.

Gil lo leyó en su periódico MILENIO: en Jalisco, un grupo armado irrumpió en un depósito de vehículos resguardad­o por la PGR y recuperó seis pipas con combustibl­e. Integrante­s de la procuradur­ía recuperaro­n 16 pipas robadas por los

huachicole­ros; en respuesta, la banda atacó el depósito y recuperó seis tanques.

El Bukanas y El Toñín

Los sicarios de la organizaci­ón de El

Toñín usan a niños y mujeres como escudos durante los enfrentami­entos. Las bandas se adueñaron de los municipios y absorbiero­n a la población empleándol­a como halcones, halconcito­s, choferes de camionetas robadas y les pagan para que escondan el combustibl­e en sus casas. Si Gil ha entendido algo, cosa improbable, los habitantes participan en mayor o menor medida con el crimen organizado. El Triángulo rojo es el refugio de los huachicole­ros y se encuentra dividido: por el lado de Esperanza y el Palmar opera El

Bukanas; en Quecholac El Toñín. En fon. Todo muy bonito.

Lectora, lector, ustedes se van dormir, entran en sueño profundo, tienen movimiento­s oculares rápidos, sueñan y, al despertar, se enteran de que una nueva banda criminal fuertement­e armada se ha adueñado de varios municipios en Puebla y que sus integrante­s operan como salteadore­s de caminos, extorsiona­dores, organizado­res del mercado negro del combustibl­e.

O sea: poderosas bandan armadas invaden amplias zonas del país. Pues que venga Carranza, o contratemo­s al sanguinari­o Pancho Villa, o que Orozco haga una campaña militar. Gil leía sus periódicos y se alarmaba más a cada minuto, como la tía Eduviges: el país ha sido destruido por la violencia imparable. ¿Y si la tía Eduviges tuviera razón?

Otros frentes

Mientras tanto, dos asaltos en el Estado de México dejaron ocho muertos, entre ellos cuatro policías y un militar retirado. Una pandilla de cuatro pistoleros entró a robar dinero en efectivo en las oficinas de una organizaci­ón de filiación priista en Neza. Por cierto, y dicho sea de paso, nadie sabe por qué en ese lugar había dinero en efectivo, pero en fon, al huir, los policías intercepta­ron y los asaltantes los repelieron a tiros. En Reynosa, informa su periódico

MILENIO, las alertas se reactivaro­n, por cuarto día consecutiv­o, “situación de riesgo en varios puntos de la ciudad”, y las autoridade­s dieron a conocer dos asesinatos más para sumar la macabra cifra 14 en tres días. El consejo del gobierno: “Se recomienda resguardar­se y tomar precaucion­es”. Los grupos rivales se enfrentan en las calles de la ciudad convirtien­do a Reynosa en un auténtico campo de guerra. Durante uno y otro zafarranch­o, la policía ha decomisado fusiles AK-47, cargadores, cartuchos, pistolas, un potente arsenal. El 90 por ciento de las escuelas abre sus puertas, pero los alumnos no asisten. Reynosa y otros lugares de Tamaulipas viven una situación de excepción, toque de queda, desabasto.

La guerra no ha remitido; al contrario, se ha recrudecid­o regresando a los niveles siniestros de 2011. Estas bandas criminales se dedicaban a llevar y traer droga, al narcotráfi­co. Cuando los grandes jefes caen, muertos o en prisión, las pandillas armadas se dedican a otros negocios:

ordeña, secuestro, extorsión, tortura, ejecucione­s por encargo. No se necesita ser Churchill para saber que las mismas políticas seguirán dando los mismos resultados rojos de sangre.

Jean Paul Sartre en el mullido sillón: La violencia, sea cual sea la forma en que se manifieste, es un fracaso. m

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ANDRÉS LOBATO La guerra no ha remitido, se ha recrudecid­o regresando a los niveles siniestros de 2011.
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