“VOY CON DIOS... SINO REGRESO ESTOY CON ÉL”
Un domingo de tradición cualquiera es testigo de las elecciones para gobernador en uno de los municipios mayormente azotados por la inseguridad en el Estado de México: Ecatepunk. Amanecer de misa y medio día de desayuno en familia son el impulso para que los ecatepenses salgan de su casa y recorran las calles que de un tiempo para acá sirvieron de escaparate para que los rostros de todos los candidatos penetraran en el imaginario colectivo como una opción favorecedora para su territorio.
Los vecinos aún comentan, horas antes de ejercer su voto, las tarifas por las que en los distintos pueblos se compran los votos. El precio mayor es de 2 mil pesos. La respuesta común es: “Pues tómalos y ya después tú votas por quien quieras, al fin que el voto es libre y secreto”. La soledad se ha apoderado de las casillas. Hay más vigías que votantes, todos observan que las elecciones sigan un ritmo ordenado. El sol golpea a los habitantes con la misma fuerza que el pesar de saberse bajo el rigor de la ley seca, misma que se quebranta en algunos rincones propiedad de gente precavida y con tendencia a beber.
En una escuela donde el retrato de Luis Donaldo Colosio ocupa una pared, un votante se registra. Gritan su número y nombre, pasa a la casilla, toma la papeleta y dibuja un tache sobre ella. Deja caer su voto en la urna y luego, con sorpresa, narra cómo el nombre de Alfredo del Mazo Maza acaparó la planilla de elección al ir como candidato por cuatro partidos: Encuentro Social, Nueva Alianza, Verde Ecologista y PRI.
Mientras, dentro de El Santuario, la capilla en la que según los pobladores la Virgen de Guadalupe hizo su quinta aparición, se desarrolla con normalidad la misa de domingo. Todos los asientos se han llenado, ahí y en otros templos. La gente afirma que el día está tranquilo y deja a la fortuna que así siga y no haya conflicto. Aquí en Ecatepec la confianza no reside en el militante de ningún partido, sino en la promesa de un mejor mañana que les da su religión. Los bicitaxis van y vienen, en uno de ellos se lee, “Voy con Dios… sino regreso estoy con él”.