“LA COMPUTADORA ANALIZA LOS GASES EMITIDOS”
Verificar un auto no lleva más de 15 minutos. Al Centro de Verificación Vehicular número 10 de la calle Cuauhtémoc llegan en promedio en un día entre 15 y 50 autos. Un sistema analiza si pasan o no la verificación.
Santiago Díaz dice que no puede haber actos de corrupción porque son vigilados por tres cámaras. Dice que están instaladas en puntos estratégicos. Santiago trabaja en el Centro de Verificación Vehicular número 10 de Pachuca, ubicado en la calle Cuauhtémoc en esquina con 16 de enero.
Santiago se encuentra en la oficina del Centro de Verificación esperando su turno, un compañero de playera verde atiende un auto negro con dos personas. Coloca el holograma al auto y se retira.
Enseguida llega un auto rojo, un Atos, conducido por una pareja. Es el turno de Santiago.
La pareja presenta su tarjeta de circulación y el comprobante de su última verificación.
Santiago recibe la orden y coloca el auto en la línea dos. El Centro cuenta con dos líneas para la verificación de los automóviles.
Antes de iniciar el proceso debe revisar las condiciones físicas de la máquina del auto, checar el aceite y verificar las llantas de tracción.
Ahora Santiago va a una computadora en donde ingresa su clave y aparecen los datos del auto: placa, marca, submarca y modelo. Debe confirmar que el auto pasó la inspección visual.
Ahora procede a la verificación de gases que emite el auto. Para ello coloca una sonda en el escape del Atos. Se realiza una inspección visual y un análisis de gases.
Mientras tanto los dueños del auto esperan expectantes la revisión que realizan de la unidad. La mujer toma una revista, el hombre solo espera.
Santiago pasa a otra computadora que medirá los gases que emite el Atos y enviará los datos al Sistema Digital de Verificación del Centro a través del cual se define si pasa o no la verificación. Si la pasa aparece en unos monitores de la oficina el holograma que le corresponde si no la pasa simplemente aparece la palabra rechazado.
Enciende el auto para realizar tres pruebas acelerando en tres distintos momentos el auto. Primero a una velocidad de 21 kilómetros por hora, después a 30 kilómetros por hora y finalmente a 36 kilómetros por hora. En las tres ocasiones en las que acelera y la tracción delantera rueda un par de tubos en el piso la computadora mide la emisión de los gases del auto a través de la sonda que Santiago colocó en el escape y cuyos resultados pasan al Sistema Digital de Verificación.
Después de que Santiago aceleró en tres ocasiones el Atos rojo apaga el auto. Saca la sonda del escape.
Ahora se dirige a la oficina en donde se encuentran los monitores que recepcionan los resultados de la sonda. Ahí dos compañeros suyos se mantienen ocupados.
Santiago se dirige al monitor del Sistema Digital de Verificación, presiona enter en la computadora y analiza los gases emitidos por el auto.
Unos segundos más tarde el sistema arroja una palabra: rechazado. El Atos presenta niveles altos de monóxido de carbono y de dióxido de carbono. No pasó la verificación.