Sin lectores críticos, la sociedad involuciona
de IBBY México sostiene que son necesarias ciertas competencias para discernir toda la galaxia de información
Una mujer que trabajaba hace casi cuatro décadas en la Biblioteca Benjamin Franklin se dio cuenta de que “había varios libros infantiles maravillosos pero estaban en inglés. Concebía la lectura como un factor de desarrollo para el país y se preguntó: ‘¿Por qué para los niños mexicanos no hay libros pertinentes sobre nuestra realidad y en nuestro idioma?’”, relató Azucena Galindo, directora general de IBBY México/ A leer, al narrar el origen de esa organización sin fines de lucro que desde hace 38 años fomenta la lectura para mejorar la calidad de vida de las personas.
Al preguntarle por qué considera que ese trabajo impacta positivamente en el desarrollo de México, explicó que el acercamiento a los libros, principalmente propiciado por los padres de los niños, no implica solo leer. “También es platicar, es la narración, contar cuentos, anécdotas. Eso fomenta el diálogo. IBBY trabaja en el desarrollo de capacidades lectoras porque estamos convencidos de que eso ayuda a desempeñarse en el entorno social, laboral o estudiantil”.
Al respecto, Alberto Achar, director de Mercadotecnia en Librerías Gandhi, coincidió en que las capacidades lectoras dan a los menores, sobre todo a los que están en condiciones de marginación, muchos beneficios para desarrollarse integralmente, como “la capacidad de procesamiento de ideas que permite conocerse a uno mismo, expresarse, relacionarse con la gente y ser un individuo que tenga una conciencia diferente. Pero lo más importante es desarrollar la capacidad de imaginación”.
Galindo subrayó que, en esta era de internet, “cada vez es más pertinente lo que hacemos, porque hay toda una galaxia de información a la que podemos tener acceso, pero de qué sirve si no se tienen las competencias lectoras para discernirla. Si queremos generar una sociedad de desarrollo es algo en lo que tenemos que trabajar: formar lectores críticos, partici- pativos, proactivos y sensibles al otro. Eso es muy importante, si no, como sociedad, podemos involucionar. Falta generar capacidad de reflexión porque esta inmediatez con la que nos estamos habituando a vivir puede llegar a ser perniciosa”.
Un reto que se presenta con tanta información a la mano es que “la gente ve algo y reacciona. Ahora tiene en sus manos el poder de emitir una opinión, pero ¿la pensó un poco? Precisamente por eso nos interesa desarrollar el pensamiento crítico, para que la gente averigüe un poco más y al menos contraste dos opiniones más para formar su propio criterio. Es necesario, y más en el entorno en que estamos viviendo a escala mundial”.
LIBRO ABIERTO
Achar explicó que “muchos programas solo donan libros o abren bibliotecas, pero no cierran el círculo. Cuando ya se tiene a un niño con la inquietud de leer, si el libro adecuado no está a la mano, se pierde ese interés”. Por eso surgió la alianza ente Gandhi e IBBY: trabajan en promover la lectura desde su creación, en la década de 1970. No obstante, fue apenas hace dos años que empezaron un proyecto conjunto. Así surgió Libro Abierto, una iniciativa integral para generar capacidades lectoras en menores en condiciones de marginación.
“Las asociaciones civiles somos como una bisagra para diversos sectores. Por más que quiera hacer un trabajo de responsabilidad social en una escuela pública, una empresa no puede entrar porque hay una serie de restricciones administrativas y legales”, señaló Galindo.
Achar destacó que “uno de los retos más difíciles fue que queríamos llevar la iniciativa a las escuelas de la SEP más necesitadas; no obstante, hacerlo era una monserga. Para dar la capacitación dentro de los tiempos y horarios de los maestros debíamos hacer una cantidad enorme de solicitudes y trabajo que era imposible. Abrir los canales ha sido lo más complejo”.
Ante ese panorama, recordó que lanzaron Libro Abierto “con mucho escepticismo porque no teníamos la experiencia de un proyecto social e intersectorial como este. Para nosotros fue increíble ver el resultado: hubo más de 24 mil donadores en librerías que nos permitieron llegar a 26 escuelas y casas hogar, así como capacitar a 52 maestros que a su vez se convirtieron en capacitadores, y pudimos llegar a más de 4 mil 500 niños. Esperábamos conseguir alrededor de 6 mil 500 libros, pero al final conseguimos 20 mil, porque también ayudaron las editoriales”.
En su segundo año los donantes casi se han triplicado cuando falta una semana para cerrar la etapa de recaudación. Gandhi recibirá donativos en sus sucursales hasta el 15 de junio, pero después de esa fecha se puede seguir aportando a través de su página de internet. El dinero se utiliza para comprar libros, pagar cursos de capacitación, hacer visitas de seguimiento y otorgar los libreros a las instituciones. Azucena Galindo concluyó: “Si fomentas capacidades lectoras, incides en la educación y así los problemas sociales irán desapareciendo. Leer es como respirar”.