Milenio Hidalgo

“DEBEMOS GARANTIZAR QUE ELLOS LLEGUEN A SU DESTINO”

Entrenado con un régimen militar, el guardia de la Central de Autobuses conoce a la perfección la disciplina, el respeto y sobre todo el compromiso de la seguridad para las personas, ya sean usuarios o trabajador­es.

- POR TEODORO SANTOS FOTOGRAFÍA JORGE SÁNCHEZ

Decenas de pasajeros arriban a la Central de Autobuses de Pachuca. Cargando bolsas, maletas y cajas de diversos tamaños, entran con la única intención de ir a una ventanilla para que poco a poco se comiencen a formar filas. En la ventanilla compararán un boleto que los lleve a un autobús, a un destino, a su trabajo tal vez; a su hogar, de vacaciones, es incierto.

Un hombre de edad avanzada con un bigote blanco sobre su labio superior; cabello blanco, al menos el que deja entre ver bajo su gorra negra, pero la mirada no deja duda, analiza cada movimiento, contempla el movimiento de los pasajeros, desde su entrada hasta su salida, recorre los pasillos con un caminar un poco lento, pero cada paso es seguro y firme. Su nombre es Teódulo Hernández Hernández y es encargado de turno en la seguridad de la Central de Autobuses de Pachuca.

Entrenado con un régimen militar, conoce a la perfección la disciplina, el respeto y sobre todo el compromiso de la seguridad para las personas, ya sean usuarios o trabajador­es del recinto de transporte. “Todos tienen familias que los esperan y debemos garantizar que tengan la seguridad que se merecen, que tengan seguridad de que llegarán a su destino”, declara mientras camina.

Al recorrer los puntos de revisión internos de la Central de Autobuses los demás elemento de seguridad lo reconocen, lo saludan y le muestran su respeto, “ahorita aquí yo soy responsabl­e de este turno, tengo a mi cargo a ocho elementos, al menos tres de ellos fueron militares, eso hace un poco más fácil el trabajo, tenemos otra disciplina, somos más estrictos y nos gusta trabajar en la seguridad, sino porque quisimos defender al país”, asegura riendo.

El primer punto de revisión en la terminal de la capital hidalguens­e es el acceso a los andenes donde hay un detector de metales y dos elementos de seguridad, uno de ellos tiene la tarea de revisar el boleto que porta el pasajero, así se aseguran de que viajará en alguna de las rutas, otro más revisa a los hombres para verificar que no porten algún arma de fuego, arma punzo cortante o algún elemento que ponga en riesgo la integridad de los pasajeros.

“Debemos hacer el trabajo con respeto, que la gente entienda que es por su seguridad, pero de la manera más respetuosa posible, porque hay personas que se llegan a sentir ofendidas por este hecho de que los revisen o que revisen sus pertenenci­as, pero es por su seguridad”, explicó.

Al poco tiempo, mientras Teódulo observa los andenes y la extraña sinfonía que parece dirigir donde los pasajeros en una fila comienzan el ascenso a las unidades, la revisión de sus pertenenci­as, y el paso por el detector de metal, una mujer pasa por detrás suyo y dice “¿cómo es eso de que te quieren manosear?”, mientras hace una expresión de desaprobac­ión.

“Es lo que digo, no todos saben que es por su seguridad, esto no pasa siempre; es más, por ejemplo cuando llega a venir un elemento de policía o alguien que lleva un arma es muy diferente, ellos tienen una disciplina y una educación diferente, ellos llegan a la revisión dicen que llevan un arma, sin cargar, en una maleta y muestran toda la documentac­ión de la misma; tienen una disciplina distinta, saben que es por seguridad, esas bolsas o maletas se echan en el área de equipaje y la persona aborda, sin generar quejas o conflictos”, aseguró.

Sigue su recorrido, camina por los pasillos, pasea por los andenes, vigilando, contemplan­do, analizando hasta que es interrumpi­do por un joven, “¿dónde salen lo que van a Tecámac?”, pregunta, Teódulo Hernández con una voz tranquila y una sonrisa responde, “ahí, es donde dice Texcoco, ese te deja ahí en Tecámac”, argumenta que es un requisito saber dónde, a qué hora, y los principale­s destinos de cada corrida, esto para ayudar a las personas que lo soliciten.

“La Central de Autobuses de Pachuca aún es muy tranquila, hasta las de la Ciudad de México son Tranquilas, pero allá en el norte del país luego si es peligroso, pero mientras podamos, y Dios nos dé licencia, estaremos ayudando a que siga siendo un lugar tranquilo”, finalizó.

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El primer punto de revisión es el acceso a los andenes.

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