La Declaración de Independencia que el aprendiz debería revisar…
La Historia es la gran maestra de la vida… y existen efemérides a recordar, pues han definido el rumbo político, económico y social de comunidades específicas y del mundo y, además, ayudarían a reconducir el futuro con mejor sentido y claridad.
Así, el 4 de julio es fecha esencial: se conmemora la independencia de las 13 colonias del Imperio Británico y, con ello, el nacimiento de los Estados Unidos de América.
El movimiento separatista tuvo causas diversas, como la férrea servidumbre y las voraces contribuciones impuestas por la metrópoli a los colonos, y significó la pérdida de miles de vidas. Pero gracias a la notable visión de un grupo de próceres reunidos en el Congreso Continental de Filadelfia, en 1776, la revolución devino en un torrente de ideas transformadoras para organizar con mayor justicia y dignidad a la nueva nación e, incluso, a la civilización humana…
George Washington, John Adams, Thomas Jefferson y Benjamín Franklin, entre 56 congresistas, prepararon la Declaración de Independencia que contiene principios supremos: los hombres son creados iguales y poseen derechos inalienables como la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
Asimismo, señala que: “…para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos… siempre que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios el pueblo tiene derecho a reformarla o abolirla, e instituir uno nuevo que se funde en dichos principios…”.
Y abunda: “Pero cuando una larga serie de abusos… demuestra el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, tiene el derecho… de derrocar ese gobierno y establecer nuevas garantías para su futura seguridad”.
Luego, tres palabras constituyen la médula de Estados Unidos: IGUALDAD, LIBERTAD, FELICIDAD… Y en su noción más amplia han perfilado el sueño americano concebido por los migrantes originarios y los que a través de más de dos siglos hemos arribado y edificado una tierra próspera y de oportunidades para sus habitantes, en la que no importe el lugar de nacimiento, el origen de los padres, ni el color de la piel, sino tan solo las capacidades y energías de cada quien para forjar sus propios anhelos.
Sin embargo, un gobierno legal y cada día más ilegítimo, hoy atenta contra las libertades —marcadamente la de expresión—, discrimina y niega la igualdad entre los individuos e intenta dividir al país.
Pero el presidente ignora que en el corazón y el alma del pueblo americano yacen indelebles aquellos principios fundacionales, que haremos valer con la razón de la historia y todos los medios legales disponibles…