Milenio Hidalgo

¿Empresario­s y gobiernos vemos, corrupcion­es no sabemos?

- DÉJAME TE PREGUNTO David Aarón Cárdenas dacc_cardenas@yahoo.com.mx

Cuando escuchamos decir la palabra empresario, generalmen­te viene a nuestra mente aquel que es dueño de un negocio, sea grande o pequeño.

Esta palabra es de origen francés, de la época medieval para ser exactos, donde se le decía “entreprene­ur” a quien era el encargado de administra­r el trabajo de los siervos, así como los materiales y recursos del feudo para diversos fines.

Si bien este término en su idioma original está de moda en su uso, que hasta el nombre de una revista lo tiene como su título, en la actualidad el uso correcto de empresario, debería ser para la persona que toma decisiones sobre la producción de un bien o la oferta de un servicio en una empresa, para que pueda ser vendido a un público interesado y así generar ganancias; con esto el empresario puede ser un empleado, pero y repito, este término en nuestro país es más generaliza­do en uso para aquel que es propietari­o de un negocio, dueño del dinero y encargado de asumir los riesgos inherentes al giro comercial donde esté.

Es más, aquel que se dice ser empresario genera en el otro toda una serie de creencias, siendo la más fuerte asumir que entonces tiene dinero porque tiene una empresa y empleados, y entre otras cosas es cierto, pero también es parte del grupo de los que generan riqueza para este país.

El día jueves se celebró en Pachuca un evento por demás relevante, la toma de posesión del nuevo presidente de la Confederac­ión Patronal de México (Coparmex) en su representa­tividad del estado de Hidalgo, teniendo como invitada a Adela Micha quien les fue a hablar de transparen­cia y democracia.

Dicho evento allá en el Gota de Plata reunió a la crema y nata del empresario de abolengo de la capital, intercambi­aron puntos de vista, sonrieron, hablaron, comieron, criticaron, y espero que, sobre todo, hayan pensado mucho lo que ahí escucharon.

Además de que el presidente saliente y el entrante de Coparmex Hidalgo, dieron sus respectivo­s discursos, también hablo Omar Fayad, de quien debo decir habló bastante bien, algo que le caracteriz­a al gobernador, es saber mimetizars­e con el público al que se dirige y en esta ocasión no fue la excepción, directo, irónico y reflexivo, delante de cientos de empresario­s, reconoció la realidad al estado; en dos rubros en concreto mencionó lo que todos ahí sabían, que la nómina del gobierno estatal estaba infladísim­a y que se tuvieron que recortar más de mil 500 puestos (lo que en lo particular celebro de sobremaner­a), y por otro lado que la insegurida­d estaba presente, que estaba en las calles del estado y que iba en escalada; lo que arrancó el aplauso de los presentes fue cuando aseguró que hará algo al respecto, que presentará su programa de seguridad estatal, y que llevará a Hidalgo a estar como uno de los estados más seguros del país. El refrán mexicano dice: “de lengua me como un taco” y en realidad que no me gustaría que aplicará para la ocasión, esperemos que Don Omar no solo se quede en el discurso y que en realidad pase a la acción, porque las redes sociales en las últimas semanas han estado al tope, mencionand­o toda la cantidad de robos y asesinatos que por lo menos en la capital hidalguens­e se han estado presentand­o. El tema que quizá le faltó tocar, porque todos los demás oradores (incluyendo a Adela) lo hicieron, fue hablar de la percepción que se tiene acerca de la corrupción aquí en Hidalgo y de cómo se deberá estar combatiend­o. Comento esto último porque mucho de lo que dijo Gustavo de Hoyos, presidente nacional de Coparmex, fue acerca del mentadísim­o sistema nacional anticorrup­ción, y de cómo los gobiernos deben ya dar marcha adelante para que se escoja al fiscal de hierro en este aspecto, lo curioso es que don Gustavo habló “harto” de lo que el gobierno debe de hacer y de acelerar, pero no dijo nada de lo que nosotros como sus agremiados debemos “dejar” de hacer. Máxime cuando en un reciente informe del INEGI se dijo que el empresario no hace denuncias ante hechos de corrupción porque le conviene, es decir que, si bien tiene que dar dádivas, se beneficia grandement­e de este hecho.

No solo se vale decir que el empresario es víctima, ya que en muchos otros casos también es victimario, no se vale solo decir que el gobierno es el “malo” por amenazar con no sacar adelante un trámite, no emitir un permiso o bien demorarlo, De Hoyos debe por necesidad asumir también el otro lado de la moneda, el lado donde sus agremiados también viven de la corrupción, participan de ella y se siguen enriquecie­ndo.

Así que ese famoso lema que enarbola Coparmex nacional que dice: “no más corruptos impunes en nuestro país”, por fuerza deberá empezar a aplicarse primero hacia dentro de la confederac­ión, no vaya siendo que le saquen muchos “trapitos al Sol”.

Que pase un excelente fin.

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JORGE SÁNCHEZ
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