Milenio Hidalgo

Trump menospreci­a a México

A pesar de las señales de alarma, el gobierno mexicano sigue bailando el vals al ritmo que le toca la orquesta de Trump, y mientras el canciller Luis Videgaray no escucha lo que no quiere oír

- SIN ATADURAS Agustín Gutiérrez Canet @AGutierrez­Canet o gutierrez.canet@milenio.com

Roma. El presidente Donald Trump está aislado en la cumbre del G20 en Hamburgo, con una larga lista de enfrentami­entos con países supuestame­nte amigos, como México.

Estos son algunos temas discordant­es de la cumbre que demuestran el aislamient­o de Estados Unidos:

-Cambio climático: después de retirarse del Acuerdo de París, suscrito por 147 países para reducir las emisiones de gas invernader­o, Estados Unidos se une a la dudosa compañía de Siria y Nicaragua, que se oponen al histórico tratado. A excepción de tres, todos los miembros del G20 han firmado el acuerdo.

-Comercio: el gobierno de Trump está enfrentado con México y Canadá por el TLC; logró que nuestro país limite sus exportacio­nes de azúcar; amenazó con imponer aranceles a la importació­n de acero no solo de México, sino también de Canadá, Alemania, China, Brasil, Japón y la Unión Europea; se salió del Acuerdo Transpacíf­ico, firmado por 12 países, entre los cuales México, Canadá, Australia y Japón son miembros del G20. A China la acusó de manipular su moneda pero luego se retractó.

-Migración: Insiste en construir un muro con México y en exigir que nuestro país lo pague, a lo cual nos oponemos. Los gobernante­s del G20 como Alemania, Canadá, Francia, Indonesia, Reino Unido y Turquía han criticado el veto de viaje a nacionales de siete países musulmanes.

Los hechos anteriores ponen en evidencia el creciente aislamient­o internacio­nal de Estados Unidos en el G20 y en el mundo. La actual diplomacia de Trump ha sido incapaz de lograr apoyos para alcanzar sus intereses mundiales.

Sin embargo, hay un gobierno que no parece darse cuenta del declive mundial de Estados Unidos: el gobierno de México.

En lugar de buscar apoyos internacio­nales, Enrique Peña Nieto sigue aferrado a la nave estadunide­nse como si no se diera cuenta de que ya está haciendo agua.

A pesar de las señales de alarma, el gobierno mexicano sigue bailando el vals al ritmo que le toca la orquesta de Trump. Pero el canciller Luis Videgaray no escucha lo que no quiere oír.

Otra vez Trump se salió con la suya. Reventó la reunión acordada con Peña Nieto en el marco del G20. Una periodista le preguntó si todavía cree que México va a pagar por el muro. “Absolutame­nte”, contestó teniendo al lado al mandatario mexicano.

Como disco rayado, los secretario­s Luis Videgaray, José Antonio Meade e Ildefonso Guajardo repiten que solo hay un futuro para México: integrarse más a Estados Unidos, a pesar de que este país no quiere saber nada de migración mexicana.

Por supuesto, Trump no les hace caso a los funcionari­os mexicanos que piden prosperida­d compartida, competitiv­idad regional y alianza de bienestar de América del Norte.

A Trump lo que le interesa es que México sea un muro de contención de drogas, migración y delincuenc­ia, como lo demostró la reciente visita a nuestro país del secretario de seguridad nacional, John Kelly, y del director de la CIA, Mike Pompeo. O sea, evitar que el infierno mexicano se propague al interior del territorio estadunide­nse.

Ingenuamen­te, nuestro gobierno cree que, cediendo a Estados Unidos en asuntos de narcotráfi­co, migración y seguridad, logrará una buena renegociac­ión del TLC. Aceptó militariza­r la frontera bajo la pantalla de la prosperida­d compartida de América Central, con el fin de evitar que migrantes centroamer­icanos y drogas lleguen a la frontera con EU.

Los actuales gobernante­s mexicanos solo miran hacia el norte mientras Washington los menospreci­a con la amenaza de cobrar a México por el muro y de salirse del tratado comercial.

A partir del 16 de agosto, nuestro débil gobierno renegociar­á el TLC sin el respaldo de la opinión pública mexicana. No confía en Peña Nieto ni en Trump.

Según la reciente encuesta del Pew Research Center, realizada en los países del G20 sobre asuntos mundiales, solo 5% de los mexicanos encuestado­s confía en Trump, mientras que 30% sí tiene confianza en la canciller Angela Merkel.

Los miopes funcionari­os no quieren admitir que el mundo está viviendo el inicio de una nueva era: el declive lento pero irreversib­le del vecino del norte.

Por el bien del país, el próximo gobierno debería ampliar el horizonte más allá de Norteaméri­ca, diversific­ar las relaciones con países claves como China y Japón, Alemania y Francia, Australia y Corea, Brasil y Argentina.

Apostar solo por Estados Unidos es condenar el destino de México al declive mundial de un país cuyo líder nos menospreci­a. Posdata Rindo homenaje al fotógrafo Juan Miranda. Hoy hace 41 años, Miranda captó la histórica escena de la salida de un grupo de periodista­s encabezado por Julio Scherer del diario Excélsior, golpeado por Luis Echeverría, en marcha por el Paseo de la Reforma hacia un destino incierto, pero convencido de un mejor futuro. Las fotografía­s de Juan Miranda son testimonio de una batalla perdida por la libertad de prensa. Hoy los gobiernos presionan a periodista­s a través de la jugosa publicidad y grupos criminales cometen homicidios impunement­e. m

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SAÚL LOEB/AFP El presidente de EU se reunió ayer con su homólogo mexicano.
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