Milenio Hidalgo

México y Trump

El encuentro de Peña Nieto con su contrapart­e estadunide­nse, en el contexto de la cumbre del G20, es relevante para el país en sus propios términos y porque el TLCAN iniciará un proceso de revisión a fondo

- fberruetop@gmail.com Twitter: @berrueto

El presidente Trump es una amenaza para el mundo y también para México. Incluso es un problema para la misma política estadunide­nse. La realidad es que una parte importante de la opinión pública mexicana hace creer que el problema es del presidente Peña Nieto y de su gobierno, no del país. No reparan en entender que Trump continuará en el poder y que posiblemen­te pueda reelegirse; en otras palabras, habrá más de una generación de mexicanos cuya referencia del país vecino será la de la presidenci­a del señor Trump.

El encuentro del presidente mexicano con su contrapart­e, en el contexto de la cumbre del G20, es un evento relevante para el país. Lo es en sus propios términos y también porque el TLCAN iniciará un proceso de revisión a fondo. Es inevitable que los medios den atención a lo secundario, a lo anecdótico que en el caso de Trump se llama provocació­n. Lo importante es que México necesita de EU, al igual que EU requiere de México. La retórica del presidente estadunide­nse dice otra cosa, pero lo importante es la realidad, allí se bordan las negociacio­nes y los acuerdos.

Trump hace ver que México es un problema de EU; sin embargo, su mismo gabinete confirma que EU, al menos en el tema de seguridad, es la causa de buena parte de la violencia y la criminalid­ad por el consumo de drogas y, aunque no se diga, por la política prohibicio­nista que ha dominado el tema. Tampoco se dice que el comercio ilegal de armas es otra de las causas del México ensangrent­ado. Pasa el tiempo y las autoridade­s estadunide­nses poco o nada hacen por cambiar la permisivid­ad en el comercio de armas que a su misma sociedad pone en riesgo.

México no debe hacer de terceros la causa de sus dificultad­es, pero tampoco las condicione­s de su éxito. Hay que volver la vista hacia el país para identifica­r que muchos de nuestros problemas tienen origen doméstico. Las reformas durante esta administra­ción han sido uno de los mayores logros de esta generación. Se ha trivializa­do su contenido y se han cuestionad­o interesada­mente sus alcances, la realidad es que son la mejor plataforma para la modernizac­ión del país y un crecimient­o con calidad y justicia.

Es importante que el próximo relevo de gobierno sea consecuent­e con esta voluntad reformador­a y con las nuevas condicione­s que los mexicanos han resuelto del pasado reciente. Debe preocupar, no solo para los empresario­s o para quienes suscriben el liberalism­o económico, la propuesta regresiva de revertir los cambios. La decisión ha sido tomada y es inaceptabl­e que desde el gobierno pudiera sabotearse lo que ahora está en la Constituci­ón; es fundamenta­l darle continuida­d.

Por otra parte, la disputa por el voto no debe servir para dividir al país en el momento crucial de la negociació­n del acuerdo comercial. Cuestionar a la autoridad no significa debilitarl­a; el TLCAN se negoció en el momento en el que el entonces presidente Salinas contaba con una importante popu- FEDERICO BERRUETO laridad y reconocimi­ento, especialme­nte desde el sector empresaria­l. Los términos del acuerdo fueron positivos y los resultados muestran que fue una decisión visionaria de las tres partes que lo suscribier­on.

Los problemas inmediatos del presidente estadunide­nse no son sus vecinos, sino la investigac­ión en curso sobre sus vínculos con el gobierno ruso y la intervenci­ón de éste en el proceso electoral para obstruir el triunfo de la señora Hillary Clinton. La evidencia no es menor, tampoco que el señor Trump y sus colaborado­res se manejaron con descuido sobre el tema. En la reunión del G20 la atención no fue el encuentro con el presidente de México, sino el que tuvo por dos horas con el presidente Putin. Obligadame­nte inició con el reclamo de Trump por la intervenci­ón rusa en la elección. Fue suficiente la negativa del presidente ruso para que su contrapart­e diera por superado el diferendo, tema que genera controvers­ia y rechazo en la opinión pública estadunide­nse.

A pesar que el partido del presidente tiene mayoría en ambas cámaras del Congreso no es un presidente fuerte. No solo tiene un rechazo mayoritari­o de la opinión pública, sino que en su mismo partido enfrenta resistenci­as resultado de que esto puede afectar las elecciones de congresist­as a realizarse cada dos años. Por otra parte, su gabinete no comparte el estilo pendencier­o y de confrontac­ión de su presidente.

La reelección de Trump es un largo proceso en el que no se excluye el triunfo. Es un eficaz comunicado­r y los efectos de corto plazo de sus decisiones muestran un crecimient­o importante del empleo, la disminució­n de la inmigració­n ilegal y un eventual repunte del crecimient­o. Nada debe excluirse, sobre todo minimizar una amenaza.

Es importante que el próximo relevo de gobierno sea consecuent­e con la voluntad reformador­a y las nuevas condicione­s que los mexicanos han resuelto del pasado reciente

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MARTÍN SALAS El acuerdo trilateral se dio cuando Salinas tenía gran reconocimi­ento del sector empresaria­l.
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