“ME HAN PEDIDO DESPACITO”
Miguel Bustamente Sánchez es originario de Pachuca, fue músico de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y ahora toca en la calle, principalmente, en Guerrero
Miguel Bustamante Sánchez es un joven músico hidalguense que toca en las principales calles de la ciudad de Pachuca para ganarse unas monedas, después de haber sido músico de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (OSUAEH).
Conocido entre sus amigos como “Migue”, el violinista toca por la calle Vicente Guerrero desde hace dos años, aunque también ha tocado en otros municipios como Actopan, Tulancingo e Ixmiquilpan, pero dice que económicamente le va mejor en Tulancingo, donde la gente lo ve con más curiosidad, mientras que en Pachuca, comenta, la gente es más apática.
Oriundo de la capital del estado, el joven instrumentista relató que estudió música de manera profesional en el Instituto de Artes (IDA) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y posteriormente formó parte de la orquesta sinfónica de la misma institución, pero por cuestiones externas tuvo que abandonar la agrupación y aunque ha comenzado algunos proyectos en conjunto, dice que en las calles puede sentir la percepción de la gente.
“En las calles es más difícil ganarse un aplauso que en un lugar cerrado, porque ahí va la gente por gusto y aquí tienes que atraparlos desde el primer momento. Es un reto para uno como músico”, dice Miguel Bustamante, quien es el único instrumentista que usa un violín eléctrico que conecta con un amplificador que a su vez tiene las pistas de diferentes canciones, por lo que su música puede ser escuchada a varios metros a la redonda. Originalmente la necesidad económica lo orilló a tocar en las calles, pero ahora relata que lo hace por gusto e incluso ha recibido invitaciones para tocar en eventos sociales privados y dar clases particulares, por lo que sigue viviendo de la profesión que estudió. Miguel Bustamante toca principalmente rock y pop, aunque se orienta más en música actual, pero la gente le pide más rock clásico de grandes agrupaciones y la música clásica es lo que menos le piden. “Me han llegado a pedir la de
Despacito y he tenido que tocarla”, narra el músico que tiene que agradar a la gente y tocar lo que le pidan para recibir más monedas, pues en ocasiones puede llegar a recibir hasta 500 pesos.
Por las tardes, Miguel toca con su violín eléctrico en las principales calles de la ciudad y puede recorrer desde la calle Guerrero hasta Revolución o Juárez, pero admite que en los últimos días ha preferido tocar en otros municipios, donde puede agradar a los paseantes y no tiene tanta competencia de músicos callejeros como en Pachuca.
Aunque cada vez hay más músicos callejeros, Miguel Bustamante no los ve como competencia y considera que ayuda a dar una mejor imagen de la ciudad con música que puede provocar algunas sonrisas entre los paseantes.
Miguel no está dispuesto a dejar las calles y aunque en algunas ocasiones ha recibido agresiones por parte de los comerciantes, la mayoría lo invita a que toque afuera de sus establecimientos para atraer más clientela.