Memoria, testimonios y documentos
La memoria —una de las potencias del alma— si va acompañada de documentos indubitables y testimonios fidedignos, fácilmente destruye la falacia.
El senador Bartlett y yo nos dispensamos desde hace aproximadamente 40 años un trato respetuoso y cordial, como debe ser.
Pues bien, la reportera Claudia Salazar le publicó una reciente declaración.
En síntesis, afirmó que Salinas no ganó la Presidencia, que se cometió un fraude por manipulación de cifras, y que seis
meses después se quemaron los paquetes electorales para ocultar la verdad. Recordó que yo le advertí “la caída del sistema” y dijo que el PAN se alió a Salinas para que éste le entregara el país.
Destacó que “hubo por primera vez un registro de votos a la vista de los ciudadanos, porque las actas distritales estaban afuera de los paquetes electorales, y en las Juntas Distritales hubo un conteo público de resultados”. Explicó “la caída del sistema” (de información) por la saturación de las líneas telefónicas que le informaban de los resultados de las actas a lo ancho y largo del país. Breves preguntas y comentarios: 1. ¿A qué Bartlett debemos creer? ¿Al que ahora, desde la trinchera de Morena, acusa de fraude o al que hace 29 años todo lo justificó como priista, secretario de Gobernación y presidente de la Comisión Federal Electoral, ergo, el primer responsable —legal, social y éticamente— de aquel proceso?
2. Si, como dice, hubo por primera vez un registro de votos a la vista de los ciudadanos y en las Juntas Distritales un conteo público de resultados, sus acusaciones resultan esmirriadas. Involuntariamente se contradice. 3. Los paquetes electorales no se quemaron a seis meses de la llegada de Salinas ni fue para ocultar la verdad. Se quemaron durante el 4º año del gobierno salinista. ¿Por qué? A) porque así lo mandaba la ley; B) porque los paquetes habían estado en poder del propio gobierno durante más de tres años, perdiendo por eso todo valor probatorio; y C) porque previamente se microfilmaron todas las
actas de casilla, y ese producto se preserva en el Archivo General de la Nación para el que quiera escudriñar sus números y las firmas de los funcionarios y de los representantes de partidos que participaron en la elección.
4. Salinas a nadie entregó el país, es del dominio público el poder que ejerció. El PAN lo apoyó en acciones y reformas acordes con el ideario panista, que después de un cuarto de siglo en lo sustancial están intocadas.
5. No puede afirmarse —con verdad— que esa elección alcanzó el estándar mínimo para un proceso democrático. Se vivía la hegemonía priista, que disponía libérrimamente de los recursos públicos, y ella calificaba los resultados electorales, pero las contradicciones del senador Bartlett son consecuencia de su trayectoria.M