El retorno de los dinosaurios priistas
Después de la derrota priista en las últimas elecciones de los municipales y el triunfo de liderazgo de Omar Fayad Meneses, Hidalgo experimentó una transición de hacer política a la medida de la expectativa ciudadana de redireccionar al gobierno y sus instituciones, eligiendo a los hidalguenses con capacidades para resolver problemas como la corrupción y el abuso de poder, generando nueva sangre de funcionarios y clase política que cubran sus necesidad.
La ciudadanía se siente decepcionada de todas las dimensiones priistas, según algunos especialistas y académicos han considerado una señal inquietante para la consolidación del proyecto de Omar Fayad Meneses, gobernador del Estado, al considerar el regreso de varios priistas al escenario político hidalguense y otros como un resultado desafortunado y poco alentador, pues la aparición de diversos personajes del tricolor se considera como un regreso al sistema autoritario priista al cual la ciudadanía ha manifestado su rechazo total al emitir su voto en contra en la última contienda electoral donde el PRI perdió más de 60 municipios.
Puede observarse este resultado como producto de la competencia política y la lucha por un estado joven que desea desarrollarse, innovarse y fortalecerse como lo planteó el gobernador Omar Fayad Meneses en su campaña. Cabe recordar que a la fecha han logrado a base de mucho esfuerzo, acompañado con su equipo joven, la mayoría de sus promesas electorales así como la aceptación de los ciudadanos, su forma y sistema de ejecutar este proyecto como gobernador.
Hidalgo se construye a partir de que Omar Fayad Meneses asumió el poder, en la transición y redirección del gobierno hidalguense; ya está muy lejos estructuralmente del viejo sistema priista porque la ciudadanía no ve una combinación del nuevo grupo de Fayad y los grupos asociados con figuras políticas priistas influyentes a grupos anteriores al cuatro de junio de 2016, del cual se puede detectar conexiones personales y políticas del gabinete como los secretarios Israel Félix Soto, Alejandro Enciso, José Luis Romo y otros jóvenes más que comparten la misma visión del gobernador; la continuidad más probable de su proyecto innovador.
Lo que está en juego no solo es saber cuál será el efecto de este regreso al escenario de personajes como Carolina Viggiano o Jorge Romero, así como un grupo de los amigos de David Penchyna y otros de los llamados “dinosaurios”, quienes desde luego desean estar presentes en la repartición del pastel en 2018.
En lo inmediato, su retorno al escenario no favorece a nadie, menos a los que están considerados para el cambio que ha reclamado siempre la sociedad; además no han presentado fuerza alguna de capital político en sus eventos, salvo aquellos renegados priistas que están molestos porque se les acabó la gallina de los huevos de oro, aunado a que la imagen de Omar como líder aún representa la esperanza del cambio para muchos de los hidalguenses.
Por ello, tampoco deja a estos dinosaurios que retornen para acabar con el PRI estatal, por su ambición de poder y su trayectoria inaceptable ante los ciudadanos. En suma, todo indica que una parte, quizá lo esencial van a ser la próxima elección en la cual se van a medir los resultados del gobernador del estado, aunque sea un indicador de los dinosaurios priistas van a tratar de restar fuerza al gobernador al interior y exterior del partido, pero se van a topar con la resistencia de la ciudadanía quienes a la fecha aprovechan la gestión de la administración del gobernador Omar Fayad Meneses.
Por lo anterior, el próximo proceso político hidalguense 2018 será la presencia de la participación ciudadana al tomar la decisión de su futuro de continuo cambio que han sentido en el primer año de esta administración y no dejan que la demagogia de los dinosaurios priistas que pueden lamentar lo que ha logrado: sostener el cambio deseado.