Una ilusión que se hizo vocación de servicio
El oficial comentó que siempre, desde pequeño, tuvo la ilusión de ser policía; decidió dedicarse a la protección de los ciudadanos
La lluvia cae en pequeña cantidad, pero las calles muestran encharcamientos y esto representa un riesgo para los caminos y los automovilistas. Un elemento de la policía municipal, a un costado del semáforo, vigila el cruce de automóviles; mientras mueve los brazos hace sonar su silbato indicando a los conductores que pueden seguir su camino o que deben bajar su velocidad para dejar pasar a un peatón. “Desde pequeño uno tiene cierta ilusión, pero conforme vas creciendo te das cuenta que no solo es una ilusión, tienes una vocación de servicio con la gente y más que nada de vigilar qué es lo que podemos y no podemos; que se cumplan las leyes y los reglamentos de la ciudad para que con ello podamos garantizar que la ciudad y los que viven aquí estén seguros”, declaró Alberto Hernández García, policía de Pachuca.
El oficial de 40 años comentó que siempre, desde pequeño, tuvo la ilusión de ser policía, pero al ver que sí contaba con la vocación de servicio a las personas decidió dedicarse a la protección de los ciudadanos, dejando incluso sus estudios a un lado: “saliendo de la secundaria ya no terminé la prepa, me quede a un año de terminarla; entonces fue cuando ingresé a la policía en el Distrito Federal, estuve trabajando ahí dos años, salí por algunos problemas que hubo allá y después ya de casi 12 años llegué a Pachuca y vi la oportunidad de ingresar nuevamente a la policía, afortunadamente pasé las pruebas y evaluaciones que nos piden para entrar al cuerpo de policía y nuevamente estoy en servicio”.
Debido a la labor que ejerce consideró que siempre se debe estar preparado por lo que ya logró terminar su preparatoria, algo que ahora también es un requisito en la formación policial y por lo que quiere mantener su puesto para seguir haciendo la labor que disfruta día a día, ahora espera continuar con una licenciatura que lo ayude en su labor diaria. “De parte del gobierno la verdad no tenemos mucho apoyo, prácticamente nosotros nos tenemos que arreglar en cuanto a horarios y en cuanto a días que podamos acomodarnos para poder ir a estudiar; esto checando, estoy viendo la escuela que me permita cursarla en cuanto a tiempos y seguir superándome y ser un mejor elemento”, añadió.
Refirió que el trabajo que se tiene en la ciudad es tranquilo en lo que se refiere a la regulación de tránsito en la ciudad, pero siempre están a la expectativa de cualquier emergencia que pueda presentarse debido a la inseguridad, ya que en caso de alguna emergencia su principal deber es proteger a los habitantes de la capital hidalguense, “la verdad hay días que es muy tranquilo, pero nuestro afán siempre es de ayudar a las personas y verificar que se lleve a cabo el trabajo y se cumplan con las reglas, por eso siempre estamos listos para ser policías”.
Reconoció que muchas veces en su labor de oficial de tránsito y vialidad, cuando debe emitir una multa o hace algún señalamiento a un vehículo la gente tiende a molestarse, “a veces la gente se pone prepotente, grosera; ellos son los que nos culpan de que nosotros somos prepotentes, pero no es así, nosotros tenemos que aguantar todo eso y seguir brindando el buen servicio a la gente”.
Pero aunque esta situación se presenta, Alberto Hernández señaló que la imagen de la gente hacia los policías está cambiando y que ya no son vistos como entes que solo saben de corrupción y malos tratos, “en lo personal veo que la imagen está cambiando, hay mucha gente que se acerca a nosotros, inclusive cuando hacemos infracciones nosotros nos portamos amablemente y la gente ya nos trata diferente”.
“Tenemos que aguantar todo eso y seguir brindando el buen servicio a la gente”