En el PRI, tullidos alambristas
Gil va a concluir de rodillas y con una venda en los ojos que el viejo tricolor era mejor que el nuevo. En serio y sin mala onda. Comparen a estos viejos gobernadores con el Gordo Goloso de Veracruz
Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil leyó en una crónica de Jorge Ricardo de su periódico Reforma que ex gobernadores del PRI se reunieron a comer en privado con el presidente nacional del partido. Don Guillermo Cosío Vidaurri, gobernador del viejo Jalisco, cumplió 88 años. Oiga, Enrique Ochoa Reza, refrésqueme la memoria: ¿yo qué era? Ah, sí, Jalisco. ¿Y tomábamos la tequila? Qué vida aquella. Creo que hubo unas explosiones en Guadalajara, ¿cierto? ¿Yo renuncié a mi cargo? ¿Asigné obra pública a mis familiares? Cosío Vidaurri renunció a su cargo como gobernador en 1992 y pidió licencia. Gil meditó: como dirían los grandes artistas del vodevil: a los priistas les viene de atrás la cosa.
Gamés leyó que Tulio Hernández llegó a la comida privada convocada por el CEN del PRI. Edad, 79 años, todavía la rifa don Tulio: “Hay mucha gente que quisiera que los muertos no pudieran venir, pero no estamos muertos”. Olé, don Tulio. De 1981 a 1987 don Tulio fue gobernador de Tlaxcala y además marido de doña Silvia Pinal. Inche Tulio, le decían sus amigos ya entequilados en la plaza de toros, se anda comiendo a la Pinal. Bueno, caracho, eso decían, qué le hacemos. Ahora mal: una Pinal (al-al) ya cascadona. Tulio citaba de lejos y no le daba miedo el astado. Venga: oleé. Explíquele al joven Ochoa cómo se construyen los consensos, con qué ganadería y dígale que sin trapío no hay forma de hacer nada.
Francisco Labastida Ochoa, un jovenazo, si se le compara con estos ex gobernadores, dijo: “Aquí el más tullido es alambrista”. La memoria tomó a Pancho y lo zarandeó: “Si se acuerdan ustedes, yo tenía 20 puntos de diferencia. ¡Veinte puntos a favor! Y perdí como por cuatro y medio, algo así”. Ay, don Francisco, qué chinga le pararon, perdonando la poesía.
Nuevos y viejos
La reunión y la comida, muy ligera para que las vesículas de los viejos priistas no padecieran inflamaciones biliares, tenían como objetivo lograr una postura rumbo a la Asamblea Nacional del partido, 9 y 10 de agosto, cuando esperan reformar los estatutos y abrir los candados para que José Antonio Meade, sin militancia priista, pueda ser candidato del partido. El menú no era de lo más cuidadoso: sopa de tortilla, atún, ternera, filete de pescado. Tequila, whisky y refrescos. Al final, helado de pinole. ¿Ya preguntaron por la salud de Cosío Vidaurri? No lo vayamos a perder en estos días.
Ahora mal sin bien: Gil va a concluir de rodillas y con una venda en los ojos que el viejo PRI era mejor que el nuevo PRI. En serio y sin mala onda. Comparen a estos viejos gobernadores con el Gordo Goloso de Veracruz, con Borge y la historia universal del cinismo, con César Duarte y sus robos en el norte de México, con Moreira y su defensa de sí mismo. Francisco Labastida tiene razón: el más tullido es alambrista.
A otra cosa mariposa
Maduro había consumado el golpe institucional e implantó una Asamblea paralela que celebró su inauguración en el mismo edificio en el que trabaja el Parlamento de mayoría opositora y elegido en el año 2015. Su periódico El País puso en su nota la siguiente información: “En medio de denuncias de fraude electoral y una gran marcha opositora que se preparaba en la calle para expresar su rechazo, los nuevos diputados tomaron posesión para ejecutar el mandato de reformar la Constitución bajo las directrices del presidente Nicolás Maduro”.
Responda, Hernández
Luis Hernández Navarro no contesta, pero Gil no tiene prisa y pregunta de nuevo: ¿usted está de acuerdo en que 400 personas se encuentren privadas de su libertad por oponerse al gobierno de Maduro? ¿Usted está de acuerdo en que desaparezca un parlamento elegido democráticamente en 2015 para encimarle una Asamblea Constituyente en 2017? ¿Usted está de acuerdo en que a los opositores de un régimen, sean del color que sean, se les reprima en las calles?
Luis Hernández Navarro es subdirector de Opinión de un diario importante, su periódico La Jornada, y a Gamés le gustaría que respondiera a estas preguntas. ¿No quiere? ¿No puede? Y por favor, no vayamos a empezar otra vez con que el hermano malo, muy malo, y el hermano bueno, muy bueno. Y la historia del Glenfiddich 15, que además, Hernández nunca ha probado. Navarro: contesta o no contesta. ¿Sí o no? En fon.
James Thurber en el mullido sillón: Es mejor saber algunas de las preguntas que todas las respuestas.