Genética
Entonces, señor Ochoa Reza, se oye mal, pésimo, el discurso priista de los años 70, a usted solo le ha faltado decir que el PRI luchará contra “los emisarios del pasado”
Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil leía las declaraciones de Enrique Ochoa Reza en su periódico El Universal en entrevista con Ariadna García. El dirigente nacional del PRI dice que el presidente Peña no metió las manos en el proceso de preparación de la asamblea y no envió documentos internos: “Ha sido totalmente respetuoso de que sea la militancia la que exprese las ideas, propuestas, que vamos a presentar a la sociedad. Le ha dado seguimiento a las discusiones, pero no ha participado de manera directa. Solo participará en el discurso que cerrará la plenaria de la asamblea”. Comuníqueme con Videgaray: ¿Luis? Yo no moveré un dedo para incidir en la asamblea del PRI. Me voy a dormir, ¿me avisas cómo ocurrió todo? Ya me puse mi piyama de patas.
Mju, comoñó. Yo solo les voy a decir unas tímidas palabras y ustedes harán lo que diga la militancia. Anjá. Por cierto, el Presidente haría muy mal si no metiera las manos hasta el fondo de la olla. A Gilga le llama poderosamente la atención (ya quedamos en que si se trata de una buena atención debe llamar con poder) que el discurso de Ochoa Reza se parezca tanto al del profesor Olivares Santana. Gamés lo dice en serio: la militancia se expresa, que se escuchen todas las voces, todas las propuestas críticas, autocríticas, sobre todo convincentes. O sea, el PRI se disfraza de un partido socialdemócrata, como si Gilga se disfrazara de Alain Delon, joven, y dijera palabras en francés:
bonjour, jolie, je t’aime. No se lo creería ni la extinta madre de Gil.
Olivares Santana
Gamés cae en una oquedad, no la del Paso Express que mantiene inexplicablemente en su cargo al secretario Ruiz Esparza, sino en el hoyo de la memoria en el cual ya nadie sabe quién es el profesor Olivares Santana: gobernador de Aguas- calientes, secretario de Comité Ejecutivo Nacional de PRI, echeverriista conspicuo y lopezportillista intachable, secretario de Gobernación. Aigoeéi. A él se le atribuye la famosa frase del dinosaurio cuando le pedían que se encargara de elecciones más o menos complicadas: ¿a la legalita, o a la legalona, señor Presidente? Ah, la vida antes del IFE, del INE, de las elecciones organizadas por los ciudadanos.
Entonces, señor Ochoa Reza, se oye mal, pésimo, el discurso priista de los años 70, a usted solo le ha faltado decir que el PRI luchará contra “los emisarios del pasado”: “El combate a la corrupción debe ser firme, directo y con un ejercicio pleno de rendición de cuentas al interior del partido”. Oh, sí, y si pudieran reaccionar antes de que sus gobernadores se robaran hasta las reservas naturales, no estaría nada mal. Ser gobernador del PRI se convirtió en un método para reducir de peso, los weight watchers de la política: primero te pones como un cerdo, y cuando te descubren, bajas 30 kilos, aunque ya en prisión puede venir un rebote, por los chilaquiles rojos. En fon del fon. Pero no seamos roñosos: vamos con Quique a la asamblea 22 a construir el partido nuevo y Zzzzzzzzz. ¿Todos listos? Hey, despierten, Quique nos requiere.
Hernández Navarro, ¿nada?
Don Güicho, como le han llamado en redes a Luis Hernández Navarro, subdirector de La Jornada, ha mandado un tuit insultante en respuesta a las preguntas que le hace Gamés. Pero no responde a las inquisiciones (¿sí sabe, Hernández, lo que quiere decir inquisición? Acción y efecto de inquirir, no se emocione, don Hernández) que se desprenden de su artículo (es un decir), de su prosa (es otro decir). No quiere contestar, le falta casta. Aja, ¡toro! Van de nuevo las preguntas: ¿usted está de acuerdo en que 400 personas se encuentren privadas de su libertad por oponerse al gobierno de Maduro? ¿Usted está de acuerdo en que desaparezca un parlamento elegido democráticamente en 2015 para encimarle una Asamblea Constituyente en 2017 después de una farsa electoral? ¿Usted está de acuerdo en que a los opositores de un régimen, sean del color que sean, se les reprima en las calles?
Luis Hernández Navarro es subdirector de Opinión de un diario importante, su periódico La Jornada, y a Gamés le gustaría que respondiera a estas preguntas. Ande, Hernández, no se remilgue.
Todo es muy raro, caracho, como diría Elbert Hubbard: Un conservador es un hombre demasiado cobarde para luchar y demasiado gordo para huir.