PARTIDOS LE PEGAN AL GORDO
Casi 7 mil millones de pesos le repartirá el INE a los institutos políticos. Se trata del presupuesto más alto en la historia y, aunque parece exorbitante, lo cierto es que apenas les alcanzará en el 2018 para gastos como:
La milagrosa multiplicación de los
monederos electrónicos para apoyar económicamente al pueblo en caso de que el candidato repartidor resulte ganador.
La donación desinteresada de despensas
y material de construcción que servirán para invitar a los electores a votar por el aspirante dadivoso. Están obligados a tener un cochinito de emergencia para pagar las multas que les impondrá el INE por volarse los topes de campaña, violar tiempos oficiales, egresos sin comprobar y recibir financiamientos ilícitos. Deben satisfacer las necesidades de consumo ideológico de sus afiliados reales y ficticios. Por ejemplo, tienen que pagar la renta de nichos funerarios donde viven sus muertos votantes, así como el acarreo de vivales que dobletean militancia en otros partidos. Pagar la producción de videos para sorprender con las manos en la bolsa a recolectoras como Eva Cadena. La compra de electrodomésticos para los que menos tienen. Con la finalidad de apoyar a la gente que no tiene acceso los medios de comunicación, los partidos podrán regalarles pantallas planas y hornos de microondas para que este sector pueda ver sus spots mientras come palomitas. Bombardear a los electores con bonitos spots para que desayunen, coman, cenen, sueñen y cag… al candidato en cuestión. También necesitarán fondos extras para inundzar de basura electoral a todo el país. Ir de shopping para comprar el sufragio en efectivo, no reelección. Una práctica muy habitual para sacar ventaja cuando los resultados están muy cerrados.