LOS NIÑOS DEL ECLIPSE
Ayer regresaron a clases 25 millones 608 mil 303 estudiantes de educación básica, todos bajo el auspicio del eclipse de sol que se percibió en México a mediodía. Aquí lo que el fenómeno les ha brindado para el nuevo ciclo escolar
Los chiquillos y las chiquillas
saben, gracias al aumento de 500% en las ventas de “Total Eclipse of the Heart”, que en un tiempo remoto hubo una cantante prehistórica con los pelos güeros muy levantados, que entonaba una melodía relacionada con los eclipses totales de corazón, mismos que aún no se estudian en Universum (pero chance pa’l siguiente fenómeno cósmico). Los chamacos ahora entienden, cual López Obrador en primaria, que siempre hay que dar un último jalón en todo (no hablamos de mota, que quede clarísssssimo). Por eso, ahora saldrán de casa rapidito, entregando su resto a las seis de la mañana, como si su reloj biológico se hubiera adelantado por el eclipse. Ya entienden la relatividad general de Einstein: la fuerza de gravedad surge de la curvatura del espacio y del tiempo; la gravedad del bullying depende de quién te lo hace y cómo te lo hace, pero saben que pueden protegerse del maltrato (no con lentes especiales, sino contándolo a quien más confianza le tengan). "Si miras directamente al sol durante el eclipse pueden terminar como Donald Trump: con los pelos quemados, el rostro rosado y el cerebro calcinado", les dijeron a sus nuevos alumnos algunos educadores alternativos para que entendieran que no deben tomar decisiones a lo güey.