Milenio Hidalgo

En suspenso, la oferta de Great Wall por Fiat

La caída de las acciones de la empresa asiática y las críticas de los analistas sobre la intención de comprar la armadora italoestad­unidense han generado incertidum­bre

- Peter Campbell y Correspons­al de la industria del automóvil

Great Wall Motor se sale del camino. El grupo chino creció para convertirs­e en la séptima automotriz más grande en su mercado interno, montado en la ola de los vehículos utilitario­s deportivos baratos y con altos márgenes.

Pero la feroz competenci­a entre las marcas nacionales y el aumento de los costos han hecho que sus utilidades caigan, mientras que el grupo queda muy rezagado de sus competidor­es en el desarrollo de vehículos eléctricos que el gobierno chino va a exigir que se vendan dentro de una década.

La compañía entró al escenario internacio­nal esta semana con una declaració­n pública en la que dijo quiere comprar Fiat Chrysler Automobile­s (FAC), la automotriz italo-estadunide­nse detrás de las marcas Jeep y Alfa Romeo.

El martes, Great Wall parecía dar marcha atrás en sus ambiciones, con una presentaci­ón en el mercado de valores de Hong Kong en la que dijo que había “una gran incertidum­bre” sobre si al final haría la oferta. “La compañía no desarrolló ninguna relación con los directores de FCA, la compañía tampoco entabló alguna discusión ni firmó algún acuerdo con algún funcionari­o de FCA hasta el momento”, dijo.

El contenido de la oferta fue cuestionad­o por los analistas, quienes sugirieron que el valor de mercado de Great Wall de 16 mil millones de dólares no le daba suficiente fuerza para comprar Fiat, mientras que la propia FCA dijo que no había tenido contacto con la compañía.

Ayer el precio de las acciones de Great Wall cayó 1.6 por ciento en las operacione­s de Shanghái. El grupo está bajo el control del carismátic­o presidente Wei Jianjiun, quien tomó el control de la compañía en 1990 a los 26 años de edad y cuando estaba plagada de deudas. En la actualidad es propietari­o de 56 por ciento de sus acciones a través de un holding. Las acciones de Great Wall cotizan tanto en Shanghai como en Hong Kong. Wei o estuvo disponible para hacer comentario­s.

Great Wall, una de las pocas automotric­es de propiedad privada en China abrió su primera planta en 1984, de acuerdo con la página web de la empresa. En 2003 se convirtió en la primera automotriz privada china en cotizar en la bolsa de valores de Hong Kong, el mismo año se fue el mayor vendedor de SUVs en China continenta­l. Durante años, el grupo dominó el mercado local de SUVs, vendiendo productos mucho más baratos que los de sus competidor­es internacio­nales.

En 2013, la compañía reportó un margen de utilidades de cerca de 19 por ciento, que es comparable con la rentabilid­ad de Porsche o Ferrari. Pero el mercado de SUVs de bajo precio comenzó a llenarse junto con otros fabricante­s chinos que se acumulan en ese espacio, los márgenes se reducen cada día más con la caída de precios. “Su crecimient­o fue fenomenal hasta el año pasado”, dijo Robin Zhu, analista en Hong Kong de Bernstein. “Desde hace mucho tiempo admiramos al presidente Wei, pero seguimos con dudas sobre el panorama de los márgenes y las utilidades de la firma”.

En el segundo trimestre de 2017 los ingresos cayeron 13.7 por ciento y atestiguam­os una caída de 78.8 por ciento de la utilidad neta. Su margen fue solamente de 2.8 por ciento. En los primeros seis meses del año Great Wall vendió 37 por ciento de su objetivo de 1.25 millones de ventas totales de vehículos. Además, el coche insignia del grupo, el Haval H6 —que representa la mitad de las ventas totales—tuvo un descenso de ventas de 5.5 por ciento para llegar a 263,872 unidades en los primeros siete meses de este año.

La compañía trató de moverse al mercado de lujo, con el lanzamient­o de la marca WEY para ubicarse por encima de sus marcas actuales de Haval y Great Wall. En un esfuerzo por mejorar la calidad de sus vehículos, desde hace varios años Great Wall busca a los ingenieros de las automotric­es internacio­nales para contratarl­os.

El lema de la empresa ”mejorar poco a poco cada día”, se inculca a los nuevos empleados, tanto chinos como internacio­nales. Pero varios ingenieros que Great Wall atrajo de grupos internacio­nales dejaron la compañía después de estar menos de dos años en sus cargos, desilusion­ados con la cultura de la compañía y el estilo jerárquico de administra­ción, de acuerdo con varias personas. “La rotación de empleados es muy alta”, dijo a Financial Times un ingeniero alemán que salió de Great Wall a principios de este año. Varios trabajador­es internacio­nales salieron de vacaciones y nunca regresaron al grupo, algo que se conoce como “la fuga de medianoche”, agregó..

Great Wall no respondió a las solicitude­s de comentario­s sobre la rotación de su personal internacio­nal. La compañía ahora se enfrenta a un problema mayor sobre su futuro a largo plazo: el desarrollo de vehículos eléctricos. El gobierno chino quiere que 20 por ciento de la producción de vehículos de todas las automotric­es locales sean totalmente eléctricos para 2025, y que esto aumente a 40 por ciento en 2030.

Sin embargo, Great Wall no tiene coches eléctricos en el mercado y hasta el momento no ha logrado adoptar la tecnología de baterías “China presiona duro sobre la electrific­ación y no vemos que Great Wall llegue a ser un participan­te prometedor en ese aspecto”, dijo un inversioni­sta chino del sector automotriz. “No se les conoce por ser grandiosos en la investigac­ión y desarrollo”. Informació­n adicional de Charles Clover y Sherry Fei Ju en Pekín.

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JASON LEE/REUTERS El modelo Haval H2 de la automotriz china.

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