La Feria de las Letras pierde a sus seguidores
El primer fin de semana de la Feria Universitaria del Libro (FUL) comienza con un cielo bipolar, que promete lluvia pero cuyos rayos del sol golpean como fiereza. El polideportivo Carlos Martínez Balmori luce vivo, es el momento del año en que más personas acuden a este espacio que se ubica en los rincones de la Ciudad del Conocimiento de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
El segundo día de actividades de la FUL es menos atractivo que la inauguración y aunque luce nutrida en las primeras horas, conforme pasa el tiempo comienza a vaciarse, por lo que los vendedores pueden leer algunos libros, acomodarlos o interactuar en sus redes sociales.
La llamada fiesta de las letras ha bajado la euforia del primer día, y algunos curiosos sólo pasean esperando encontrar algún libro y otros simplemente caminan como si no supieran qué leer. Los pabellones y las presentaciones son los atractivos principales, aunque muchos esperan al escritor Benito Taibo que presentaría su obra Corazonadas, de último momento canceló su participación y muchos se decepcionan de que uno de los escritores mexicanos más reconocidos no aparezca en la FUL como lo había hecho durante varios años. Algunos preguntan si habrá conciertos especiales de algún artista reconocido, pero reciben negativas, mientras que otros reposan en los asientos instalados en los pasillos para descansar un momento y después continuar con su recorrido.
El pabellón internacional que este año alberga parte de la cultura de Israel que funge como país invitado, es el más consultado, muchos buscan probar parte de la gastronomía típica israelí, mientras que otros conocen parte de la historia de uno de los pueblos milenarios más antiguos del mundo.
El pabellón de la FUL Niños es otro de los espacios más socorridos, los menores conocen y tienen su primer contacto con los libros que fueron creados específicamente para ellos, mientras que otros esperan las actividades grupales que desarrollan algunos invitados especiales de la feria. “No hay mucha diferencia este año con otros en la Feria”, dice escuetamente Jorge Armando Molina Sánchez, vendedor de uno de los locales de la feria, quien acepta que las mejores ventas se presentan en los últimos días, principalmente en el último fin de semana, cuando se hace la venta nocturna.
La FUL tiene más vida entre semana, porque se nutre constantemente de los estudiantes que llegan voluntaria o involuntariamente al recinto que suele albergar los partidos de basquetbol de las Garzas Plateadas, pero ahora la duela es ocupada por un enorme escenario que se acondicionó.
Los comerciantes dicen que esperan la quincena, la fecha en la que se acercarán más personas y comprarán libros, y otros esperan nuevos encargos que les han pedido algunos curiosos.