Milenio Hidalgo

Dr. Wagner Jr. pierde la máscara

- CUACHARA LUCHAGOR cuachara_luchagor@hotmail.com

Fue en domingo, varios minutos después de la media noche en la Arena Ciudad de México. El escenario: Triplemaní­a XXV. Psycho Clown aplicó un código rojo a Dr. Wagner Jr. Raúl Salazar, el réferi, contó una, dos, tres palmadas con la mano derecha. Dr. Wagner Jr. no pudo romper las espaldas planas.

Psycho Clown se levantó y corrió a una esquina del hexadrilát­ero. Dr. Wagner Jr. se quedó en la lona. Había perdido la máscara y la afición no daba crédito a lo sucedido.

Así fueron los últimos segundos de Dr. Wagner Jr. con máscara, poco más de tres décadas con ella llegaron a su fin.

El galeno del mal enfrentó a Psycho Clown en una lucha de máscara contra máscara en el evento de estelar de Triplemaní­a XXV y perdió.

Sí, perdió el luchador de experienci­a, el de lona recorrida, el de calidad. Lo venció el luchador de casa en el festejo del 25 aniversari­o de Triple A en un encuentro al que los comentaris­tas de la empresa llamaron la lucha de la década.

Dr. Wagner Jr. dominó gran parte del encuentro, rompió la máscara de Psycho Clown, lo sangró, lo castigó, aplicó varios de sus movimiento­s pero al final perdió lo más preciado para un luchador: la máscara.

La afición estuvo del lado del galeno del mal, corearon su nombre en la arena y abuchearon al psicópata del ring.

Dr. Wagner Jr. estuvo acompañado de su hijo, quien portó una máscara verde y tuvo dos intervenci­ones en la lucha fuera del hexadrilát­ero, ninguna que pudiera influir en el resultado.

Dr. Wagner Jr. dominó la lucha prácticame­nte de principio a fin y la afición estuvo de su lado todo el tiempo.

Su última lucha enmascarad­o duró 28 minutos con 36 segundos. Vino el movimiento final de Psycho Clown, las tres palmadas del réferi y el momento de pagar la apuesta, de despojarse de la máscara.

Micrófono en mano Dr. Wagner Jr. dijo llamarse Manuel González Barrón, ser originario de Torreón, Coahuila, tener 52 años de edad y 32 como luchador profesiona­l.

Con la mano derecha se despojó de su máscara para dásela a su hijo y fue éste quien se la entregó a Psycho Clown.

Wagner pasó su mano derecha por su rostro, barba blanca, pelo corto encanecido y una cara delgada.

Sí, Dr. Wagner Jr, el luchador de jerarquía, uno de los máximos ídolos de la afición en los últimos años perdió la máscara ante el luchador estrella de Triple A, Psycho Clown. La afición quedó dolida con el resultado.

Si Dr. Wagner Jr. hubiera perdido la máscara ante un luchador de su categoría como Atlantis o L.A. Park quizá la derrota no les habría dolido tanto a quienes lo apoyaban. Habría perdido con un luchador de su jerarquía. Desafortun­adamente la historia fue otra.

Y no demeritamo­s la calidad de Psycho Clown, pero es un luchador estrella de una empresa, de Triple A y Dr. Wagner Jr, es un ídolo de la lucha libre a nivel nacional.

Triplemaní­a XXV hizo historia con la lucha de apuestas entre Psycho Clown y Dr. Wagner Jr., pero hizo historia porque Dr. Wagner Jr. perdió la máscara.

Después de Triplemaní­a XXV nadie, absolutame­nte nadie está hablando del triunfo de Psycho Clown, todo mundo habla de la derrota de Dr. Wagner Jr., de haber perdido la máscara.

¿Y por qué se habla de que el galeno del mal perdió la máscara y no de la victoria del psicópata del ring? Simple y sencillame­nte porque Dr. Wagner Jr. es la estrella, el ídolo, la figura, un luchador casi leyenda.

Dr. Wagner Jr. pierde la máscara pero se queda con la calidad y el estatus de ser uno de los luchadores más importante­s de nuestro país.

Psycho Clown conserva la tapa y se lleva a su vitrina la máscara más importante de su carrera, se consagra, sí, pero dentro de su empresa.

El galeno del mal continuará aún algunos años dentro de la lucha libre, a pesar de su edad se conserva bien físicament­e.

En tanto el psicópata del ring se consolida como la principal estrella de Triple A y el relevo generacion­al de la empresa fundada por Antonio Peña hace 25 años.

Después de la lucha, mientras Dr. Wagner Jr. se enfilaba hacia los vestidores con el rostro descubiert­o junto a su familia la afición de la Arena Ciudad de México lo despidió coreando su nombre mientras Psycho Clown que quedaba con su máscara dentro del hexadrilát­ero.

Esa madrugada del 27 de agosto, en la décima defensa de su máscara el legado Wagner falló. Esa noche ya con el rostro al descubiert­o surgió Rey Wagner.

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