“Yo siempre me sentí sola y que no le importaba a nadie”
Constantemente pensaba que se tenía que morir y aunque tuvo un novio no se sentía feliz hasta que buscó una ayuda profesional
DIgnacio García/Pachuca iana es una joven de 21 años de edad que desde hace dos años acude al Movimiento de Buena Voluntad de Neuróticos Anónimos en Pachuca, luego de haber intentado suicidarse en dos ocasiones por padecer un cuadro grave de depresión.
La joven recordó que desde su niñez se sentía sola e incomprendida e incluso a los 12 años de edad intentó por primera vez atentar contra su vida consumiendo una elevada dosis de pastillas, pero sólo sufrió una intoxicación menor gracias a la intervención de sus padres. “Yo siempre me sentí muy sola y que no le importaba a nadie”, relata Diana con mesura aquellos momentos complicados en su vida, pues constantemente pensaba que se tenía que morir y aunque tuvo un novio no se sentía feliz y seguía con esa sensación de soledad que la aquejaba.
Diana recuerda que se alejó de su pareja por el temor a que la dejara por otra persona con mayor presencia física, por lo que, dice, lo trataba de forma indiferente y se sentía como en una batalla con dicha persona. “Era una sensación muy fuerte que sentía y me ponía a llorar mucho”, relata Diana, quien pensaba que si fallecía sus padres iban a ser más felices y aunque sus familiares intentaron ayudarla, no se podía contener, porque no se sentía comprendida.
Pensó en varias maneras de suicidarse como cortarse las venas, arrojarse de un puente vial o en la carretera para ser atropellada, pero entre su subconsciente quería que fuera la muerte menos dolorosa por lo que se arrojó de la azotea de su vivienda pero falló en su intento de quitarse la vida y sólo sufrió un problema en la pierna derecha por el cual fue atendida médicamente.
En otras ocasiones Diana también intentó morir de frío al exponerse a la inclemencia del clima y fue rescatada por sus padres que no lograban ayudarla a resolver este proble- Una salida falsa... ma de depresión que la había aquejado.
Nunca recibió atención de un psicólogo, porque sus familiares pensaban que sólo acudían las personas “locas” y ella no estaba así, por lo que siguió con esa incomprensión y depresión hasta que ingresó a Neuróticos Anónimos, donde acepta que se siente diferente tras dos años acudiendo.