Trump apaga ánimo en fondos de la bolsa
La regla busca impedir que los asesores que actúan bajo un estándar de confianza acepten los pagos que crean conflicto de interés
Al igual que muchas de las grandes ideas de Barack Obama, la obligación fiduciaria tiene partidarios fervientes así como opositores férreos. “Es un principio muy simple”, dijo el entonces presidente de Estados Unidos cuando expuso sus planes en 2015. “Quieres dar asesoría financiera, entonces tienes que poner en primer lugar los intereses de tus clientes”.
Diferentes facciones de la industria de las inversiones se enfrentaron sobre si la histórica regulación conduciría a mejores o peores resultados para los ahorradores y si iba a ayudar o a dificultar al sector de jubilaciones de Estados Unidos, de 26 billones de dólares. Sin embargo, hubo un aspecto en el que casi todo el mundo estuvo de acuerdo: los fondos que se manejan de forma pasiva, entre ellos los fondos cotizados en bolsa (ETF, por su sigla en inglés), serían los grandes ganadores.
Hasta 140 mil millones de dólares (mdd) podrían pasar a los ETF gracias a esa regla, afectando en el proceso a los gestores de activos. Fue la previsión que hizo Morningstar, el proveedor de datos, en 2016.
Sin embargo, una de las primeras cosas que hizo Donald Trump después de que asumió la presidencia de EU a principios de este año fue ordenar que se ampliara el plazo para cumplir con la regla. El gobierno también buscó enmiendas a la norma, lo que puso en duda si los ETF se iban a beneficiar de una manera tan fuerte como se esperaba.
Knut Rostad, cofundador del Comité para el Estándar Fiduciario (Committee for the Fiduciary Standard), un grupo sin fines de lucro que cabildea para un mejor trato a los inversionistas, cree que no habrá el mismo cambio hacia los ETF como se pronosticó inicialmente debido a los retrasos y los cambios. “Van a desacelerar un poco el cambio hacia los ETF”, dice. “Me imagino que los gestores activos deben estar contentos con lo que está ocurriendo”.
Los analistas, veteranos de la industria y académicos argumentaron que la norma alentaría a los asesores a recomendar los ETF en lugar de los fondos de inversión tradicionales, que normalmente son más caros. Esto debido a que la regla, que se aplica a las cuentas de retiro, requiere que los asesores consideren qué tan apropiada es una inversión para su cliente, al igual que tienen que sopesar los efectos de los honorarios.
La regla busca impedir que los asesores que actúan bajo un estándar fiduciario acepten los pagos que crean conflictos de interés, como las comisiones que habitualmente pagan los gestores de activos para alentar a los asesores financieros en Estados Unidos a recomendar sus productos.
Después de su elección, Trump firmó una orden ejecutiva en la que se le pedía al Departamento del Trabajo revisar la regla. Entonces, la regulación se retrasó, antes de implementarla en junio eliminando algunos aspectos polémicos.
En agosto, el Departamento del Trabajo anunció que tenía la intención de retrasar la implementación de la segunda fase de las reformas por 18 meses hasta julio de 2019, ya que busca comentarios públicos adicionales.
Ryan Sullivan, vicepresidente de servicios globales de ETF en Brown Brothers Harriman, el banco estadunidense, dice: “El último par de meses ha sido un periodo crítico para el futuro de la norma fiduciaria, con la regulación que al parecer da un paso atrás solo para dar dos pasos atrás”. Mientras tanto, la Comisión de Bolsa y Valores de EU (SEC, por su sigla en inglés), el regulador de la industria, indicó que quiere trabajar en una nueva versión. La gran pregunta ahora es qué significan esos posibles cambios para la industria de las inversiones.
Rokhaya Cissé, analista de Moody’s, la agencia calificadora, dice que incluso si hay cambios en la regla, los inversionistas ahora esperan que los asesores pongan en primer lugar sus intereses. “Si la regla se queda o se va (el espíritu de la regla) es una cosa hecha”, dice.
Jaime Hopkins, codirector de New York Life Center for Retirement Income del American College, cree que la regla se mantendrá “bastante consistente... desde un punto de vista del consumidor”. Agrega que la potencial nueva redacción “parece que va a beneficiar más a los proveedores de fondos para el retiro, pero podría tener cierto efecto positivo para los gestores activos”.
Pero argumenta que los asesores seguirán en la búsqueda de productos más baratos a medida que aumenta el enfoque en las tarifas. “Los ETF deberían tener aún un gran futuro bajo la regla ampliada”, dice. “Esperaría ver que continúe entrando dinero en los ETF debido a su bajo costo”.
Ben Johnson, director de investigación global de ETF de Morningstar, agrega que incluso si se la norma se va, los ETF continuarán siendo atractivos para los inversionistas.
Los ETF han tenido un año récord a escala mundial, atrajeron 391 mil millones de dólares en los primeros siete meses, superando las entradas anuales del año pasado de 390 mil millones de dólares, de acuerdo con el proveedor de datos ETFGI.
Johnson dice: “La regla fiduciaria tuvo un impacto inequívoco en la adopción de los ETF. Llevará a un escrutinio de los costos. En este momento, incluso si se retrasa aún más, no hará mucha diferencia”. “Ahora está claro. Hay una mayor comprensión de que la mejor manera de obtener rendimientos es pagar la menor cantidad de honorarios como sea posible”.
que la regla alentará el uso de este instrumento en vez de los tradicionales