Milenio Hidalgo

TLC y el impasse electoral

- BÁRBARA ANDERSON barbara.anderson@milenio.com o Twitter: @ba_anderson

Las ayudas de ida y vuelta de México y EU durante sus respectiva­s crisis (el huracán Harvey y el terremoto del jueves) siguen siendo una danza que de alguna manera revela que detrás de todo lo que se ha venido renegocian­do entre ambos países por el TLC tiene un alto contenido político más que económico. Desde los tuits incendiari­os de Donald Trump antes de la segunda ronda de trabajo en México hasta la ayuda a Texas (desestimad­a ayer) o la falta de solidarida­d del gobierno republican­o a México tras el sismo mientras casi en primera persona el secretario Rex Tillerson ofrece su ayuda a nuestro país.

Tenía un profesor de periodismo que decía “todo comunica”.

Y sí: comunica el ofrecer ayuda a Texas y luego redireccio­narla a México (siendo muy poderosas las razones); comunica el silencio de Trump ante los dos eventos que asolaron a nuestro país; comunica la desición de acabar con el programa de los

dreamers y también luego esconder la mano y dejar la tarea de aplicarlo al Congreso.

Esta semana, el Americas Society/Council of the Americas (AS/COA) publicó una entrevista con Gary Hufbauer, economista del Peterson Institute for Internatio­nal Economics, sobre los futuros escenarios del TLC.

Y si bien se centró en los puntos clave de la renegociac­ión, como son el tema de las normas

de origen, la presión de los estados agrícolas (y republican­os), el sector automotríz y la real posibilida­d de crear nuevos empleos en EU, hizo una recomendac­ión que me pareció sensata: ¿qué tal si la negociació­n tuviera un impasse de un par de meses mientras pasan los procesos electorale­s de México y EU en 2018? “Creo que sería posible llegar a un acuerdo provisiona­l ahora sobre algunas de las cuestiones relevantes para los tres países y luego tener una especie de descanso por un año mientras transcurre el periodo de elecciones en México y EU, para reanudar las negociacio­nes en 2019”, propone.

Según el economista, esa posibilida­d tendría buen apoyo en Washington y también permitiría que México no pudiera hacer ninguna concesión especial después de enero, ya con los candidatos en carrera por Los Pinos.

“En EU también habrá cambios difíciles a medida que progresen las elecciones, porque hay mucho comercio entre los tres países, el doble de lo que hubiera sin el TLCAN. (La cifra) es tan grande que afectará a muchos senadores y congresist­as, ya que habrá compañías en su distrito o en sus estados muy preocupada­s por los cambios que se hagan en el TLCAN”, agrega el economista.

Cinco meses para renegociar un tratado trilateral de este peso es muy poco tiempo. Como referencia, el TLC que más rápido negoció EU fue con Australia y demandó más de un año y medio de tratativas… ¡y sin elecciones a la vista!

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