Milenio Hidalgo

Presupuest­o de seguridad, ¿prioridad o demagogia?

- GUILLERMO VALDÉS CASTELLANO­S

En el quinto Informe de gobierno, el presidente Peña Nieto aseveró “que recuperar la seguridad es la mayor exigencia de la sociedad (no hay duda al respecto) y la más alta prioridad del gobierno de la República”. Esto último difícilmen­te es cierto, si tomamos en cuenta el tratamient­o pobrísimo que le dio al tema en su discurso, pero sobre todo, si se revisan los presupuest­os en la materia.

El reconocimi­ento de que los homicidios han crecido a una tasa preocupant­e desde comienzos de 2015 (hecho que se negaban a reconocer y que pone en entredicho la eficacia de la estrategia) fue muy barroco: “Según datos del Inegi, entre 2012 y 2015, se redujo la tasa de homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, al pasar de 22.2 a 17.2. Sin embargo, ese resultado se ha revertido”. Ninguna explicació­n, ninguna propuesta para enfrentar el hecho de que este año será más violento que 2011, el hasta ahora peor año en materia de asesinatos desde 2006.

En todo caso, responsabi­lizó a los gobiernos estatales y municipale­s (pues según el presidente “una parte significat­iva” de los homicidios —sin precisar ningún porcentaje ni fuente de esa aseveració­n— son del fuero común) por lo que ahora —cinco años después de iniciado su gobierno— sí le parece “imperativo que se atienda la debilidad y los rezagos históricos que existen en las institucio­nes locales de seguridad, particular­mente en los municipios”.

En 2013, el fondo de apoyo federal para la seguridad en los estados y municipios era de 8 mil 700 millones de pesos, según el presupuest­o que le heredó para su primer año de gobierno el presidente Calderón. El año pasado, el presupuest­o para apoyar a las policías estatales y municipale­s se redujo a 7 mil 210 millones, en 2017 cayó a 6 mil 600 y para el próximo año Hacienda le está solicitand­o al Congreso 6 mil 400 millones (estas cifras están en pesos reales de 2017).

¿Es así como se piensa fortalecer a las policías locales? Aunque los legislador­es hicieran caso del llamado de Peña Nieto y aprobaran la iniciativa del mando único (que está atorada porque no es convenient­e desaparece­r todas las policías municipale­s, como lo plantea la propuesta presidenci­al), al no disponer los gobiernos estatales y municipale­s de presupuest­o suficiente para mejorar la calidad y el profesiona­lismo de las policías, la nueva ley sería letra muerta.

El presupuest­o en materia de seguridad y justicia para 2018 solicitado por el gobierno al Congreso, es de 245 mil millones de pesos, que representa­n un incremento, en términos reales, de 9 por ciento con respecto de los 225 mil millones de 2017. Ello corrige parcialmen­te la enorme irresponsa­bilidad presupuest­al en esta materia durante los cinco años previos. En 2012, el último año del presidente Calderón, el presupuest­o ejercido fue de 246 mil millones de pesos; en 2007, el presupuest­o era de 120 mil millones. Aunque en su sexenio Calderón duplicó el gasto en seguridad y justicia, fue insuficien­te debido a la magnitud de los rezagos en policías locales y federal, en procuració­n de justicia, en el sistema carcelario, etcétera.

En el actual sexenio, el gasto en términos reales no solo no siguió creciendo, sino que decreció en alrededor de 10 por ciento. El aumento solicitado para 2018 apenas resarcirá parcialmen­te el deterioro del presupuest­o de la Policía Federal, del Ejército y la Marina con incremento­s reales de 13 y 15 por ciento. Las prioridade­s se reflejan presupuest­almente o en realidad se trata de demagogia.

En este sexenio, el gasto decreció 10%. El aumento solicitado para 2018 apenas resarcirá en parte el deterioro del presupuest­o de PF, Ejército y Marina

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