Usar plástico para pagar todo

Ya está siendo una sana costumbre para el Millennial salir solamente con la morralla necesaria para existir durante el día, y llevar tu tarjetita para pagar todo lo que ocupes. Total, ya te la aceptan en tiendas de autoservicio, lugares de comida, cafecitos, tiendas de ropa y hasta en uno que otro local donde, gracias a artefactos de la tecnología, ponen un lector de tarjetas de débito en el teléfono; es decir, casi, casi en todos lados, y los que no, simplemente dejan de ser opción para este tipo de consumidor.

¿Por qué es mejor esta práctica? Personalmente, pienso que optimizas un poco más tu presupuesto, además de que, si se te pierde el dinero físicamente, ya ‘bailaste’ al no tener oportunidad de recuperarlo. No es así si pierdes la tarjeta, porque la puedes reportar y cancelar, aunque el riesgo está en si te tardas en detectarlo: te pueden dar baje tremendamente con tu quincenita. Aun así, hay modo de recuperarlo, aunque va a tardar un poco.

Pero hay un foco muy interesante dentro de nuestra generación, y es que solo una tercera parte de los millennials usan tarjeta de crédito. Esto, porque crecieron conscientes de las crisis económicas, tienen un miedo que se pone traje de respeto ante una deuda, y quieren disfrutar más la vida sin ser parte de la estadística de malas experiencias con los bancos.

Otra alternativa que ocupan mucho es el prepago, pero nada que ver con créditos, y esto preocupa mucho a futuro en la proyección de los banqueros, porque algún día seremos el 75% de la fuerza laboral, y de verdad les aterra que tal porcentaje no tenga planes de endeudarse.

No soy quién para dar un consejo crediticio –créeme :D– pero sí te digo que con responsabilidad siempre será bueno contar con un respaldo como la tarjetita. Sin embargo, también te comento que hay una línea muy delgada que, si rebasas, puede hacerte infeliz casi el resto de tu vida. Sé inteligente y también ‘manéjalo de forma profesional’.