Milenio Hidalgo

El día que el meme calló

- Susana Moscatel susana.moscatel@milenio.com

Por supuesto. Nuestra energía debe estar concentrad­a por completo estos días en ayudar, ayudar y ayudar dentro de lo que esté en nuestras posibilida­des. Y no sé cómo reaccione cada uno de ustedes. Quien ha llegado por fin a un lugar seguro después de intentar salvar vidas sin parar, por ya más de dos días, y ha reventado en llanto. O en risa nerviosa, muy, muy nerviosa, que también termina en lágrimas.

O quien aún sostiene ese silencio estoico al cual muchos nos aferramos con la necesidad de no hacer contacto alguno con nuestra vida como la conocíamos antes del martes. Sobre todo aquellos que no estuvieron presentes en 1985, quienes nunca imaginaron cómo se sentía esto, pero que llegaron corriendo, como pudieron, para prestar manos y lo que fuera posible para hacer cualquier tipo de diferencia.

Dicen que los mexicanos nos reímos de todo, y en privado cada quien procesa como debe. ¿Pero se han fijado cómo esta vez sí prevaleció lo importante? ¿Cómo le estamos dando ese tiempo tan necesario a la tragedia antes de poder convertirl­a en otra cosa que podamos procesar?

Es verdad, nos tenía que tocar así de cerca, así de violento y doloroso. Pero casi nadie desgastó sus energías viendo cómo fregar. Claro, hubo gente mala que abusó de la situación. Hubo aquellos que prefiriero­n pelearse con el Presidente y con el Ejército desde su Twitter antes de repartir una botella de agua. No faltó quien solo se preocupó por la forma en la que se hicieron las coberturas y no por lo que podíamos aprender de ellas para ayudar, pero fueron absolutame­nte los menos.

Lo que yo vi estos días fue algo que ya parecía un mito, al menos para los más jóvenes. Las personas que verdaderam­ente somos cuando es necesario. Vi esa estampa de 1985 de tantos autos en mi mente, “México sigue en pie” y sentí esperanza.

Una cosa es reír del dolor de uno mismo como mecanismo de defensa y otro del dolor ajeno. Eso no existió. Aún no. Espero que si llega, cuando llegue, ya estemos tan cambiados por esta experienci­a que nos recordó lo mejor de nosotros mismos, que pronto podamos estar riendo por los motivos correctos otra vez. Y esos motivos están a la vuelta de la esquina, pasando este terrible luto, si reconocemo­s a las personas en las que nos convertimo­s nuevamente en un fatídico 19 de septiembre.

No olviden

La cineteca y el cine Tonalá son centros de acopio. Y en Cinépolis pueden también hacer donativos para quien más lo necesita en estos tremendos días. Y sí, hay cine en muchas salas. Elijan bien. Hay cosas en la pantalla que, sin duda, no se diseñaron para calmar nuestros corazones estos días.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico