Juego político
Los partidos políticos en México parecen colisionarse ante la realidad de una sociedad que ya no los tolera. Incluso su propia militancia es poco paciente ya con sus otrora líderes en varios estados y a nivel nacional.
De acuerdo con encuestas de últimas semanas a la fecha, más allá de revelar quién lleva la delantera rumbo a 2018, demuestran que crece la cifra de encuestados que están en contra de los partidos y sus propuestas.
También, los famosos indecisos siguen aumentando en todo el país producto de la apatía por participar en elecciones o procesos políticos debido a la mala fama que tienen.
Mientras unos ganan por ser poderes fácticos otros pierden por fraude, ese parece ser el pensamiento eterno del mexicano y es lo que nos tiene de nueva cuenta en la víspera de una renovación presidencial.
Ya registró su manifiesto de intención el primer candidato independiente a Los Pinos en días pasados (Pedro Ferriz), lo que abona al clima de rechazo a los partidos.
Ya el INE hizo su parte al solapar la posibilidad de que los partidos políticos obtengan recursos históricos para las campañas del siguiente año, lo que también ha acrecentado el desdén ciudadano a los partidos.
En respuesta ellos dicen estar del lado del pueblo y como muestra renuncian o intentarán renunciar a sus prerrogativas de este 2017 (que ya acaba en 90 días) para supuesto apoyo a los damnificados de los sismos de septiembre.
Los dirigentes políticos esperan que con estas acciones la gente pueda voltear a ver a los partidos con ojos de ternura y recuperen la confianza; sin embargo se ve muy difícil que los votantes y posibles votantes perdonen o den el beneficio de la duda a los partidos y sus candidatos en 2018.
Aún así hay personajes que insisten en que son la voz del pueblo y los intérpretes de la ley y la justicia y quizá sean ellos los más perjudicados con la actuación ciudadana del siguiente año. ¿Qué pasará si vuelve a ganar el PRI? Seguramente será visto como un fraude o una elección de estado. ¿Qué pasará si gana AMLO y Morena? La mayoría dirán que fue una elección pactada y no darán crédito a la gente que votó y decidió.
¿Qué pasará si gana el Frente Amplio Democrático? Dirán que todo fue un plan armado para asegurar la continuidad del PRI vía sus aliados de oposición. Y es que a los partidos, ya nadie les cree.
En suma, los partidos deberán recobrar primero la identidad con sus propios militantes y posteriormente buscar acercarse a la gente con la expectativa de no contar con el apoyo de las masas y con la realidad que hoy y siempre ha imperado, son lo menos popular de la famosa democracia mexicana. A la espera de 2018, parece ser un mejor camino el de pedir perdón y retirarse sigilosamente y sin dejar rastro.