SFP suma a Odebretch irregularidades por 2.5 mdp en obra
EN LA REFINERÍA DE TULA
La Secretaría de la Función Pública (SFP), a través de la Unidad de Responsabilidades en Petróleos Mexicanos (Pemex), investiga una banda de al menos 40 trabajadores que robaban combustible alterando instrumentos de medición para sobrellenar las pipas que salían a proveer gasolina o diésel a gasolinerías desde la terminal de almacenamiento de Chihuahua.
En entrevista con MILENIO, personal de la Unidad de Responsabilidades de Pemex, que depende de la SFP, explicó que después de una denuncia hecha desde agosto de 2016 por parte de la Dirección Jurídica de Pemex se pudo identificar a 40 empleados federales que presuntamente participaron en el robo de combustible desde 2015 a la fecha.
Para preservar su seguridad, los funcionarios de la SFP que están a cargo de la investigación pidieron mantenerse en el anonimato.
Aseguraron que es la primera vez que se logra documentar el robo de hidrocarburos desde el interior de las instalaciones de Pemex y aseguraron que se trabaja en la identificación de otras redes de empleados en las 76 terminales de abastecimiento de Pemex del país.
En el caso de Chihuahua, aún se desconoce el monto del daño causado al erario público por estas acciones, pero se estima que por cada pipa de 20 mil litros con sobrecupo se podrían perder de 500 a 800 litros, aproximadamente.
De los 40 trabajadores de Pemex en Chihuahua, 25 ya fueron suspendidos de sus funciones por tiempo indeterminado, mientras dura la investigación para que no intervengan u obstaculicen la misma, y se ha iniciado procedimientos de responsabilidad administrativa a ocho de ellos.
Se trata desde choferes repartidores, responsables de la terminal e ingenieros de operación, que son los encargados del proceso de llenado. “Podríamos decir que sí es una banda y que es al interior de Pemex; presumimos que pudiera haber más”, afirmó uno de los funcionarios de SFP.
Además, dijo que ya se presentaron las respectivas denuncias penales ante la Procuraduría General de la República. “Este es un trabajo técnico, se requieren conocimientos muy técnicos para poder alterar los sistemas, a diferencia del
chicoleo, para el que se requiere un conocimiento físico por dónde pasa el ducto y que puedan perforarlo”, afirmó. El personal de investigación de la SFP detalló que en la inspección física de las instalaciones alteradas se encontró que dentro de los mecanismos de llenado de los autotanques se insertaron tarjetas electrónicas de fabricación casera que difuminaban las señales con las que se miden los litros. “Había una intromisión en el sentido del sistema informático, propio de Pemex, el cual altera una ecuación matemática para el cálculo del combustible que se suministra a las pipas”, detallaron los funcionarios.
Además, al hacer la revisión física en las pipas, se encontró que el sensor de alarma es movido de posición para elevar la altura máxima a la que puede llegar el tope del combustible.
“Si tenía 30 centímetros, lo bajan a 12, lo que provoca que su tolerancia para el sobrellenado sea mayor y se lleven más gasolina”, agregaron.
Con la alteración, las pipas salían con un excedente de combustible líquido que era entregado en puntos intermedios dentro del estado de Chihuahua, entre la estación de carga y la gasolinería para la cual transportaban el pedido.
Es decir, las alteraciones identificadas son las del sistema de suministro, la del sistema que detecta el sobrellenado y el desvío de ruta.
“Detectamos que tienen pipas fuera de ruta o paradas no autorizadas, lo cual está sancionado porque está en el Reglamento de Transporte de Sustancias Peligrosas”, dijo uno de los investigadores.
Desde la terminal de almacenamiento, ubicada en la capital de Chihuahua, en donde iniciaron las investigaciones, se surte combustible a la mayor parte de la entidad, pues la otra terminal está en Ciudad Juárez. Modus operandi peculiar