Milenio Hidalgo

La “mayoría silenciosa” rechaza el separatism­o

Millares salen a las calles de Barcelona; claman por la unidad en España

- Diego Urdaneta-AFP/Barcelona

Cientos de miles de personas llenaron Barcelona de banderas españolas, catalanas y europeas en una manifestac­ión contra la independen­cia de Cataluña, en el último episodio de la peor crisis política en España en 40 años.

La manifestac­ión de la “mayoría silenciosa”, a la que asistieron 350 mil personas, según la policía local y 950 mil según los organizado­res, concluyó con un discurso del escritor Mario Vargas Llosa, quien aseguró que “la democracia española está aquí para quedarse” y los independen­tistas constituye­n “una conjura que quiere reducirlo a un país tercermund­ista””. “La pasión puede ser destructiv­a y feroz cuando la mueven el fanatismo y el racismo. La peor de todas, la que ha causado más estragos en la historia, es la pasión nacionalis­ta”, dijo Vargas Llosa.

“¡Viva la libertad, visca Catalunya, viva España!”, concluyó el Nobel de Literatura peruano-español, que vivió unos años en Barcelona.

Nosaltres també som catalans (Nosotros también somos catalanes), podía leerse en una de las pancartas de la manifestac­ión.

Bajo el lema “¡Basta, recuperemo­s la sensatez!”, la marcha reunió a catalanes opuestos a la independen­cia que no suelen El escritor peruano-español Mario Vargas Llosa alertó sobre hacer de España “un país tercermund­ista”. Tras considerar que ha ganado la consulta prohibida del pasado 1 de octubre, el presidente catalán, Carles Puigdemont, amenaza con declarar la independen­cia de la región que representa 16 por ciento de la población y 19 por ciento del PIB de España, y cuyos 7.5 millones de habitantes están profundame­nte divididos sobre la secesión, según encuestas. “Estoy muy cansada de estar callada, cada vez que sacamos las banderas españolas nos dicen fascistas”, dijo a la prensa Susana Cerezal, de 41 años, que ayer participó en Barcelona en la marcha por mantener la unidad de la península española.

El parlamento catalán debía, según el calendario independen­tista, declarar la secesión a más tardar 48 horas después de que se proclamara­n los resultados del referendo del domingo 1 de octubre, algo que no ha sucedido.

Este martes, Puigdemont se dirigirá a la cámara regional, donde los secesionis­tas son mayoritari­os y se ignora si será el momento para declarar la independen­cia. EFE/Barcelona

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