“ESTOY Y SEGUIRÉ COMO CHARRO HASTA QUE EL CUERPO AGUANTE”
El “Pinolillo” a sus 64 años asegura que seguirá dentro de la charrería que tantas satisfacciones le ha dejado
José Luis Méndez Figueroa es un charro completo, no solo porque él lo diga, lo respaldan los múltiples trofeos de campeonatos nacionales obtenidos en toda una vida de carrera dentro del arte de la charrería.
A sus 64 años luce, aún sin traje, el porte característico del charro mexicano; alto, delgado, con el infaltable bigote y marcas en el rostro que dan cuenta de la gran experiencia, de la habilidad en las suertes del deporte nacional, así como un sin número de anécdotas que su memoria alberga.
José Luis inició en este ámbito desde muy pequeño, recuerda que su primaria quedaba enfrente del lienzo del equipo Regionales de la Villa en el entonces Distrito Federal (ahora Ciudad de México); “yo me acerqué a la charrería por mi afición a los caballos y como la escuela quedaba muy cerca, al salir de clases íbamos de curiosos mis hermanos y yo. Nos gustó y nos dieron oportunidad de aprender, nos prestaban caballos e invitaban a colaborar con ellos, ahí fue cuando me vieron aptitudes para charro, me ayudaron, compraron el traje y sombrero, y así fue como me formé”.
En este lugar también adquirió su apodo, “Pinolillo”, por dos hermanos, los Yañez, que un día llegaron al lienzo de la Villa y se toparon con él; “me encontraron como de nueve años, uno le dijo al otro que me parecía al ‘Pinolillo’, personaje de una película de Pedro Infante, en la que salía un niño de mi edad con pecas parecidas a las mías, desde entonces se me quedó y todo mundo dentro de la charrería me conoció así”.
“Pinolillo” debutó a lo grande, con 14 años, hizo el paso de la muerte con el equipo de los Regionales de la Villa; a partir de ahí cosechó múltiples triunfos, el primero en 1972 como subcampeón nacional de charro completo y el último, 20 años después, como campeón nacional en manganas a pie durante el Congreso Nacional en Irapuato, Guanajuato.
En 1980 se coronó charro completo durante el congreso nacional celebrado en Pachuca y fue campeón estatal con los equipos hidalguenses Las Galindas y Charros de Pachuca.
A la par de sus competencias en el lienzo, José Luis se desempeñó como instructor charro en Pachuca, San Felipe Orizatlán, Texas y Hermosillo, Sonora; “decían que al ganar un campeonato nacional de charro completo ya tenía uno derecho al nombramiento de instructor, entonces la Federación Nacional en ese tiempo me mandaba a las provincias donde solicitaban instructores”.
A Hidalgo llegó, hace más de 35 años, recientemente la comunidad charra local le rindió homenaje en el lienzo Cuna de la Charrería y develaron su foto en el museo que alberga este histórico recinto en la Bella Airosa.
Al mirar al pasado, “Pinolillo” asegura sentirse orgulloso por todo lo alcanzado, “uno se mete a un deporte y si destacas es una satisfacción personal y para la familia. De niño jugué futbol, incluso estuve a punto de irme a probar al América pero preferí la charrería, aquí no gané dinero, pero si satisfacciones”. Después de tantos años aquí estamos y seguiremos hasta que el cuerpo aguante”.