Milenio Hidalgo

“ENTRÉ DE EMERGENTE AL BAT Y ME QUEDÉ 28 AÑOS”

Maxine Woodside, quien desde hace casi tres décadas conduce el programa Todo para la mujer, habla de por qué dejó el modelaje por los espectácul­os, de las demandas que ha tenido y de su relación con Paty Chapoy

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Apenas unos minutos después de terminar su programa

Todo para la mujer, Maxine Woodside se da tiempo de atender la entrevista en su cabina de Radio Fórmula.

Pide a su equipo de trabajo que tengan todo listo para partir apenas termine la charla, y de inmediato se acomoda en su silla, esa que ocupó por emergencia cuando los conductore­s del programa no llegaron y ella tuvo que dejar la producción para ocupar la conducción hace 28 años.

Desde entonces asegura que no deja de emocionars­e por entrar a la cabina para hablar de espectácul­os. Acción que le ha valido que la conozcan como La Reina de la Radio. Veintiocho años se diceN rápido, pero son toda una vida, ¿no? Pero ¿a qué hora pasaron? Ni cuenta me di. Sin embargo, cuando uno voltea para atrás, ve que hay mucho que contar, ¿no? Sí, fíjate que sí, pero cuando me dicen 28 años, digo: ‘Ay’ ¿a poco?, no lo puedo creer’. El primer día no iba a estar como conductora, sino como productora. Los conductore­s no llegaron y dije: ‘Pues le entro en lo que llegan’, pero ya me quedé 28 años. Entré a hacer lo que sabía hacer, que eran espectácul­os. ¿Cómo llegas a los espectácul­os? Estaba trabajando en Televisa y la fuente que cubría era espectácul­os. También cubría culturales cuando estaba Juan José Bremer. Iba a Bellas Artes y como antes los espectácul­os eran de otra forma. No podías decir nada… bueno decir gay o que andaba fulano con mengano o que se iban a casar dos hombres. No, no, no imposible. ¿Cómo llegaste a noticieros? Todas mis chambas han sido como el burro que tocó la flauta, porque primero fui modelo, y estaba haciendo unos comerciale­s con Don Pedro Ferriz Santa Cruz, que en paz descanse, para un supermecad­o, y los hacíamos en vivo en Televisa Chapultepe­c y me encontró el licenciado Miguel Alemán Valdés y me dice: ‘Niña, ayúdenos para que diga el tiempo’. Y yo le dije: ‘El tiempo de qué o qué’. Pues me metieron al estudio y empecé a decir el pronóstico del tiempo, después empecé a reportear, porque decía ‘con el tiempo nunca voy a salir de aquí, mejor me pongo a reportear’. Fui reportera muchos años; y tenía un noticiero a mediodía que se llamaba

Día con Día, antes de que fuera 24 horas con Nacho Carpinteir­o, Juan Ruiz Healy y Ricardo Rocha.

“Después ya me quedé con Ricardo Rocha y Mercedes Azcarate haciendo el noticiero de al mediodía, con ellos ya en la mesa, y luego ya empecé a reportear y me quedé 18 años en Televisa. Después me retiré de Televisa porque tuve una lesión en la columna cargando una máquina de escribir.

Jacobo (Zabludowsk­i) me decía: ‘¿Cuándo regresas, niña?’, y le dije: ‘Creo que nunca’, y ya nunca regresé. En esa época me decían que hiciera radio y así surgió que fuera la productora del programa. Entré de emergente al bat y me quedé 28 años”. ¿Y la modelo, dónde quedÓ, a un lado? Hace 40 kilos (risas). Las modelos tienen una vida muy corta, porque tienes que estar joven, guapa, flaca, y lo flaca es muy difícil conservar.

“Siempre fui flaca y de repente cuando llegó la menopausia fue cundo empecé a engordar. Me trato de cuidar, pero no a morirme de hambre, así como Anita, que siempre está a dieta. Ibas por un día y te quedaste para siempre en el programa… Sí. Yuri fue mi madrina. En ese entonces estaba casada con mi hijo Fer (Fernando Iriarte). ¿Quién te puso La Reina de la Radio? Marito de la Reguera, me dijo que era la reina de la radio hace como 25 o 27 años. Y hoy hasta me mandaron una corona. Pero más allá de ese título, tienes una credibilid­ad y la gente confía en ti, te contestan el teléfono o te hablan para darte exclusivas, bueno hasta las famosas ‘comadritas’ que te pasan buenos chismes… Trabajé muchos años en Televisa y dejé muchos amigos y ellos me pasan chismecito­s de repente. Entonces cuando quiero preguntar habló y por eso es que me contestan. ¿Cómo se logra esa credibilid­ad? Creo que con tantos años de chambear y de estar tantos años en lo mismo y le tienes respeto a la gente, porque yo sÍ los respeto mucho. Nunca me he peleado con nadie, nunca he insultado a nadie, nunca me han dado una cachetada (risas).

“Bueno, sÍ me demandaron dos veces, Lucía Méndez, una, y García Pato, otra, él estaba casado con Olivia Collins. Se estaban separando… y ni siquiera fui yo la que dijo lo que lo ofendió. Estábamos en un programa de tele y Fabián (Lavalle) dijo que era un patán. Y por ese patán, nos demando a Anita (Alvarado), Fabián y a mí. Ese pleito duró cinco años. Gracias a que Radio Fórmula nos defendió, si no, imagínate; cinco años de pagar abogados.

“En el caso de Lucía fue por una tontería, porque le criticamos un vestido en una telenovela. ¿Lo puedes creer? Era cuando era la reinita de Televisa, pero no procedió la demanda”. ¿Hasta dónde llegas con una noticia, con un personaje, hay línea, autocensur­a… o por ganar la nota no te importa meterte en problemas? Aquí en Fórmula no me dan línea, pero ya sabemos que con el presidente, la virgencita de Guadalupe y la iglesia no te puedes meter. Entonces, para qué te metes en broncas. Y también depende los artistas, porque luego ellos son los que sacan las notas. Como este caso de Eduardo Yáñez, nosotros no nos sacamos de la manga, oye ¿qué pasó con tu hijo?, sino el hijo fue el que dijo todo. Y luego le preguntas y se enoja y le da una cachetada al pobre reportero. Pero si ellos son los que ponen en la mesa sus broncas y sus problemas, pues uno tiene derecho a opinar; ahora que yo ande investigan­do vidas ajenas, no, no tengo tiempo. Te tocó la época en la que solo se hablaba del trabajo del artista y ahora hay a quienes les interesa más saber con quién se acuesta y con quién se levantan, ¿qué opinas de ese tono?

Cuando empecé con el programa de radio, escribía una columna con don Fernando Morales Ortiz en el Esto; ahí yo criticaba algunas cosas y unas me las corregía. Una vez escribí una nota de Los Castro, dije que ya estaban medio rucos. Y don Fernando me dijo: ‘No, no puedes decir que están rucos’. Entonces, realmente te tenías que poner el tapón en la boca para no decir cosas que no, pero cuando empecé mi programa de radio dije: ‘Aquí sí puedo hablar de todo’”. Después llevaron tu formato a la televisión, incluso se dice que

Ventaneand­o fue el traslado de lo que hacías en radio... Carmen Armendáriz, quien era la productora de Ventaneand­o, ha dicho muchas veces que Ventaneand­o lo copió de mi programa. ¿Con Paty Chapoy es mito o realidad esa enemistad que se comenta tanto? Es mito, Paty y yo, cuando nos vemos, nos saludamos y nos abrazamos, no tengo ningún problema con ella. Digo, no es mi amiga, pero no tenemos problema. Yo no sé si ella tenga problema conmigo, pero yo no. Y siempre la veo con mucho cariño y la saludo y no tengo bronca. Tu profesión te ha dado muchas cosas, pero ¿hay algo que hayas perdido a nivel personal? Cuando me divorcié, me quedé sola con mis dos hijos y sí tenía que trabajar e irme cuando no me quería ir. En esa época trabajaba en noticieros y era muy difícil porque no tienes horarios, hay notas a las 7 de la mañana, a las 11 de la noche, y ni modo porque andas reporteand­o y donde te manda tu jefe de informació­n; entonces, sí perdía muchas cosas con mis hijos, que eran chiquitos. Afortunada­mente tenía a mi abuelita que me ayudó mucho con ellos, pero si tenía una culpa horrible. Esta profesión es como un novio celoso, posesivo, ingrato...

¿Verdad?, pero lo disfruto mucho, es lo que sé hacer y lo que me gusta hacer. Te juro que nunca me he levantado pensando ‘Ay qué flojera ir a trabajar’. Nunca.

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La Reina de la Radio está de fiesta.

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