Milenio Hidalgo

La pésima idea de eliminar el dinero público a partidos

- Julio Serrano Espinosa

Araíz del temblor del 19 de septiembre, el PRI propuso una iniciativa para reformar la Constituci­ón mediante la cual se eliminaría por completo el financiami­ento público a los partidos políticos, al igual que las diputacion­es plurinomin­ales. De acuerdo con el tricolor, los ahorros generados por dicha iniciativa serían cercanos a 20 mil millones de pesos, recursos que se destinaría­n a apoyar a los damnificad­os por los sismos.

A primera vista la propuesta puede parecer un enorme acto de generosida­d por parte del PRI. Sin embargo, representa una trampa a los demás partidos y de llevarse a cabo tal y como está planteada sería sumamente nociva para nuestra aún naciente democracia.

En términos políticos, la movida del PRI fue maestra. Obliga a los demás partidos a seguir su ejemplo. Tras la energía social que detonaron los temblores, ningún partido se puede dar el lujo de parecer poco solidario a menos de un año de las elecciones. Y aquí yace la trampa.

Que no quede duda. El hecho de que los partidos renuncien a recursos públicos no significa que vayan a dejar de gastar carretadas de dinero en las elecciones. Lo que sí implica es que van a tener que recurrir con más ímpetu a otras fuentes de financiami­ento.

Por mucho el partido mejor posicionad­o para encontrar dichas alternativ­as de fondeo es el PRI. Así lo ha demostrado en numerosas ocasiones. Su posición como partido en el poder, con el mayor número de gubernatur­as bajo su control, sólo incrementa su capacidad de financiami­ento. Los demás partidos quedarían en desventaja.

Pero el mayor costo de eliminar por completo el dinero público a los partidos lo cargaría nuestra democracia. El peligro estriba en que se privatice la elección y que por lo tanto nuestros futuros gobernante­s respondan al interés del mejor postor y no al interés público. Me queda claro que esto ya sucede en cierta medida con el sistema que tenemos. Pero de eliminar el financiami­ento público se multiplica­ría la subordinac­ión.

Los partidos van a gastar lo que sea necesario para ganar. Topes de campaña se rebasan constantem­ente por todos los partidos con dinero externo. Sólo que ahora tendrían que buscar compensar los 20 mil millones de dinero público que perderían por la iniciativa del PRI. ¿De dónde lo van a sacar? Aquellas personas o empresas privadas que otorguen cuantiosas cantidades segurament­e demandarán algo a cambio si gana su candidato. Lo que es peor, la tentación de que entre más dinero del narco aumentaría de manera importante.

Mejor pensar en reducir y fiscalizar el dinero público, en lugar de eliminarlo.

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