Milenio Hidalgo

#YoTambién

- Susana Moscatel

Hemos discutido mucho sobre acoso sexual los últimos meses en espacios que habitualme­nte están destinados al entretenim­iento y eso no es casualidad. Resulta que no fue un fenómeno viral, sino un artículo en The New York Times el que desató no solo la caída del depredador Harvey Weinstein sino de cientos y cientos de mujeres que se atrevieron a levantar la mano y decir, “a mí también me pasó”.

Por eso, la actriz Alyssa Milano propuso que toda mujer que haya sufrido de esta imposible situación pusiera en su estatus de redes sociales el hashtag #YoTambién, solamente para que se empezara a dimensiona­r el tamaño del problema.

La idea se expandió rápidament­e y para hoy, segurament­e, están viendo esa declaració­n en todos los idiomas que se puedan imaginar bajo todo tipo de circunstan­cias.

Pero ¿ahora qué? Insisto con este tema porque centenares de personas sabían el secreto de Harvey Weinstein y lo callaron por más de treinta años. Incluso, la valiente Ashley Judd, que había hecho la acusación en su momento se atrevió a pronunciar el pecado, pero no el pecador. No en su momento y se entiende perfectame­nte.

Anoche tuve insomnio y al ver que otra amiga se quejaba de lo mismo en Twitter le respondí, sin pensar, que “yo también”. Lo olvidé hasta este martes que recibí varios mensajes y una llamada de teléfono de esas revistas que ni me gusta nombrar con la tentadora oferta de nombrar a “mi acosador” en los medios de comunicaci­ón.

Tardé un poco en entender el malentendi­do, pero luego me puse a pensar. ¿Y si hubiera sido cierto en mi caso? ¿De qué hubiera servido nombrar a esa persona imaginaria (repito, en mi caso)? ¿Para vender revistas? ¿Para generar

trending topics? No. Ese no es el medio a través por el cual se debe buscar justicia y protección para las futuras generacion­es.

Hay secretos a voces, sí. Quiero pensar que si lo hubiera vivido o visto directamen­te hablaría hoy para que aquí tampoco pasé. Sí. Y claro que he visto casos de maltrato en otros medios donde he trabajado, solo que de otro tipo. Sin duda.

¿Sirve el #YoTambien? No mientras estos comportami­entos sigan siendo considerad­os como la forma normal de hacer negocios. Particular­mente en lugares donde se congrega mucha ilusión por una chamba y mucho poder en un hombre con un sofá.

El caso Weinstein ya fue demasiado para contenerlo, la gota que derramó el vaso de ese lado. “¿Tenemos derecho a pedirle a las víctimas que sean valientes y sean las primeras en decir nombres en México?” Me preguntaba­n. Pues el día que podamos prometerle­s seguridad, quizá. Mucho que hacer todavía por acá ¿no?

¿En serio?

¿Solo le pusieron Solo a la película de Han Solo? ¿Todas las que no sean trilogías tendrán el apellido “Una historia de Star Wars?

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico