Cambios en el PRD
El Partido de la Revolución Democrática parece llegar por fin al proceso de renovación interna que se tenía planeado desde hace varios meses y que por cuestiones, en apariencia ajenas, se retrasó.
Sin embargo no hay plazo que no se cumpla ni periodo al frente de un partido que no termine y este viernes se espera que dé inicio el cambio en secretarías y dirigencia estatal en el sol azteca hidalguense.
Desde noviembre de 2014 a la fecha, Ramón Flores Reyes ha estado al frente de PRD en Hidalgo, con dos procesos electorales donde a pesar de los resultados negativos se pudo rescatar y preservar zonas de influencia perredista.
Sin embargo la apatía política al interior de dicho instituto y el contexto nacional con la desbandada de militantes a Morena o a otros partidos pegó fuerte en Hidalgo al grado que ni en 2015 ni en 2016 pudieron completar como se esperaba los espacios de elección por los que concursaron.
Sin diputados federales hidalguenses del PRD, con un senador producto de la tendencia obradorista en 2012 y un solo triunfo en las diputaciones locales (Margarita Villeda Ramos), el sol azteca estatal enfrenta más que una crisis o una evaluación interna.
La realidad los ubica como una opción política desgastada en regiones de alta participación electoral, sin un liderazgo fresco y a la altura de la situación política estatal y con vínculos nacionales; por lo que siempre terminan llegando al mismo punto: depender de quienes han manejado el partido desde hace casi dos décadas.
Solo dos personajes prevalecen al frente del PRD como los tomadores de decisiones: el profesor José Guadarrama Márquez y el senador Isidro Pedraza Chávez. El primero, con el supuesto control de la bancada en el Congreso del estado, permanece vigente debido al trabajo y operación en la región de la sierra Alta y Gorda de Jacala, Tasquillo, Zimapán, Chapulhuacán, Pisaflores y Alfajayucan.
A Guadarrama se le atribuye la actual dirigencia estatal con Ramón Flores Reyes a quien hiciera diputado local hace unos años y quien le permitió en respuesta volver a contender por la gubernatura en 2016.
El segundo personaje, Isidro Pedraza Chávez, parece estar del lado de los “buenos” para 2018. Y es que sus principales atributos, la astucia y sobrevivencia política, lo han llevado de una Cámara a otra, de una organización a otra, de un sector a otro, siempre al frente de uno o varios proyectos, que aunque no terminan por cuajar, están presentes y enquistados en el PRD.
Como todo en política es negociación, se espera que a Isidro le toque la dirigencia, la decisión de candidatos para el siguiente año, los acuerdos previos a la conformación del famoso Frente Amplio Democrático con el PAN y Movimiento Ciudadano. Pero también, en política nada es seguro y en el último minuto puede cambiar todo.
Lo único seguro es que el PRD requiere de ajustes forzosos de cara al siguiente año pues de oposición ha pasado a ser un partido satélite del PAN en urgencia de cuadros y nuevos rostros que lo lleven a un futuro donde más que ganar puedan permanecer.