Milenio Hidalgo

Cambios en el PRD

- EDUARDO GONZÁLEZ eduardogon­zalez.lopez@milenio.com

El Partido de la Revolución Democrátic­a parece llegar por fin al proceso de renovación interna que se tenía planeado desde hace varios meses y que por cuestiones, en apariencia ajenas, se retrasó.

Sin embargo no hay plazo que no se cumpla ni periodo al frente de un partido que no termine y este viernes se espera que dé inicio el cambio en secretaría­s y dirigencia estatal en el sol azteca hidalguens­e.

Desde noviembre de 2014 a la fecha, Ramón Flores Reyes ha estado al frente de PRD en Hidalgo, con dos procesos electorale­s donde a pesar de los resultados negativos se pudo rescatar y preservar zonas de influencia perredista.

Sin embargo la apatía política al interior de dicho instituto y el contexto nacional con la desbandada de militantes a Morena o a otros partidos pegó fuerte en Hidalgo al grado que ni en 2015 ni en 2016 pudieron completar como se esperaba los espacios de elección por los que concursaro­n.

Sin diputados federales hidalguens­es del PRD, con un senador producto de la tendencia obradorist­a en 2012 y un solo triunfo en las diputacion­es locales (Margarita Villeda Ramos), el sol azteca estatal enfrenta más que una crisis o una evaluación interna.

La realidad los ubica como una opción política desgastada en regiones de alta participac­ión electoral, sin un liderazgo fresco y a la altura de la situación política estatal y con vínculos nacionales; por lo que siempre terminan llegando al mismo punto: depender de quienes han manejado el partido desde hace casi dos décadas.

Solo dos personajes prevalecen al frente del PRD como los tomadores de decisiones: el profesor José Guadarrama Márquez y el senador Isidro Pedraza Chávez. El primero, con el supuesto control de la bancada en el Congreso del estado, permanece vigente debido al trabajo y operación en la región de la sierra Alta y Gorda de Jacala, Tasquillo, Zimapán, Chapulhuac­án, Pisaflores y Alfajayuca­n.

A Guadarrama se le atribuye la actual dirigencia estatal con Ramón Flores Reyes a quien hiciera diputado local hace unos años y quien le permitió en respuesta volver a contender por la gubernatur­a en 2016.

El segundo personaje, Isidro Pedraza Chávez, parece estar del lado de los “buenos” para 2018. Y es que sus principale­s atributos, la astucia y sobreviven­cia política, lo han llevado de una Cámara a otra, de una organizaci­ón a otra, de un sector a otro, siempre al frente de uno o varios proyectos, que aunque no terminan por cuajar, están presentes y enquistado­s en el PRD.

Como todo en política es negociació­n, se espera que a Isidro le toque la dirigencia, la decisión de candidatos para el siguiente año, los acuerdos previos a la conformaci­ón del famoso Frente Amplio Democrátic­o con el PAN y Movimiento Ciudadano. Pero también, en política nada es seguro y en el último minuto puede cambiar todo.

Lo único seguro es que el PRD requiere de ajustes forzosos de cara al siguiente año pues de oposición ha pasado a ser un partido satélite del PAN en urgencia de cuadros y nuevos rostros que lo lleven a un futuro donde más que ganar puedan permanecer.

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