Milenio Hidalgo

La erosión de las institucio­nes

-

La erosión”, llama Jesús Silva HerzogMárq­uez ( Reforma, el lunes) al proceso mediante el cual los partidos políticos de la democracia mexicana, que se suponen adversario­s entre sí, se coligan para capturar institucio­nes que en principio fueron creadas para controlarl­os.

Silva Herzog fecha el principio de “la erosión” en el descabezam­iento del Instituto Federal Electoral, llevada a cabo por todos los partidos, reforma constituci­onal incluida, porque a ninguno le gustó el resultado de las elecciones de 2006.

La izquierda, porque creyó que había ganado. El PAN en el gobierno, porque sintió que no reconocier­on su triunfo a tiempo. Y el PRI, porque su terrible derrota sabía menos amarga si había sido en una elección irregular.

Se rompió entonces un umbral que no ha vuelto a restaurars­e. Los partidos han ejercido desde entonces una implacable lógica de cuotas en prácticame­nte todos los nombramien­tos de miembros de entes autónomos que tiene el país.

Hasta la mayor distinción que ese poder otorga, la medalla Belisario Domínguez, se entrega cada año a uno de los tres partidos mayores. Un año lo decide el PRD, otro el PAN, otro el PRI. Morena reclamará su turno el año entrante.

Creo que Silva Herzog escoge una buena fecha del aceleramie­nto de la erosión de las institucio­nes bajo la lógica corporativ­a de nuestra democracia.

Pero quizá la piedra de toque de todas las capturas fue la del mecanismo establecid­o por el gobierno de Fox, a partir de 2001, de calmar a sus oposicione­s en el Congreso mediante el reparto por bancadas del presupuest­o federal, fuente de ingreso cuasi única de todos los gobiernos de la República.

Se estableció ahí la lógica de cuotas que se extendería luego a otros ámbitos. El reparto corporativ­o del presupuest­o mostró a los partidos, que se estrenaban en la democracia, un camino de negociació­n donde todos ganan, todos tienen una tajada en el dinero y en la captura de las institucio­nes, en particular las institucio­nes autónomas que deben normarlos a ellos y contener a sus gobiernos.

Más que competenci­a y oposición política, cuya naturaleza es el debate público, nuestra democracia parió un estilo de negociació­n corporativ­a, cuyo mandamient­o último ha resumido María Amparo Casar: “Tapaos los unos a los otros”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico