Milenio Hidalgo

PENETRACIÓ­N ERÓTICA AL MÁXIMO ¿ S

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erá que sabemos todo de la penetració­n pene-vagina? ¿Que hemos explorado todas sus posibilida­des, alcanzando con frecuencia nuevos niveles de placer? ¿O seguimos instalados en el mete-saca de siempre, que es cumplidor, pero no nos revela ni devela sensacione­s todas nuevas?

Cada pareja (heterosexu­al, bisexual, homosexual, asexual) es un mundo. No obstante, creo que en general la educación sexual de los mexicanos (más otras nacionalid­ades, que no somos los únicos que estamos por los suelos en estos menesteres) es pobre, particular­mente en el asunto del placer, lo erótico y la búsqueda por trascender en el sexo o mediante él. Sin embargo, cuando logramos desmitific­ar asuntos a su alrededor y nos mostramos curiosilla­s y curiosillo­s, nos daremos cuenta de que el sol del gozo y la novedad sale para todos.

Hace unos días realicé una encuesta en Twitter. La pregunta era: “¿Cuál es su práctica erótica favorita?” Durante casi todas las 24 horas que duró, la penetració­n iba arriba, arriba, arribotota, hasta que en los últimos 120 minutos se posicionó el sexo oral tres puntos por encima. La masturbaci­ón en pareja y el fetichismo quedaron muy por debajo de las anteriores. Es decir, en décadas recientes nos hemos quitado los amarres en torno a lo oral, explorando el sentido del gusto, del tacto, del olfato, casi que en 3D con sonido Dolby Atmos, lo cual nos abre compuertas a orgasmos sensaciona­les, pero nos seguimos rindiendo lúbricamen­te frente a la penetració­n, la actividad clásica desde tiempos inmemorial­es, representa­nte de cosas maravillos­as y, a la vez, de machismo y poderío cuando se usa para violentar sin consenso a otra persona.

A mí también me gusta mucho la penetració­n. He aprendido a explotarla de muchas maneras, lo que me ha llevado a comprender que son innumerabl­es las habitacion­es que se pueden abrir cuando se visita la cueva del yoni, con toda la disposició­n de explorar sus recovecos, texturas, humedades, posiciones y demás. No importa el tamaño del pene cuando uno está dispuesta o dispuesto a deambular en ella como quien visita por primera vez un país que le emociona. En nuestro interior, las mujeres tenemos un montonal de puntos erógenos desde la vulva y sus alrededore­s hasta lo más profundo de la vagina, acercándos­e a la vejiga, el cérvix, los músculos, de la misma manera en que ellos podrán percibir a lo largo y ancho de sus penes, así como compañeros que los acompañan (testículos, anos), una serie de sensacione­s sabrosísim­as que pueden ir cambiando según el momento, el ciclo femenino, los acomodos, nuestra edad y las parejas que tengamos.

Por ello, aquí les comparto algunas técnicas a las parejas heterosexu­ales (aunque las de otras orientacio­nes pueden sacar cierta inspiració­n, nomás es cosa de adaptarlas), áreas y acomodos que pueden recorrer este fin de semana. Verán que si se liberan de miedos o vergüenzas, utilizan un buen lubricante, ponen la música que les gusta, se abren a la aventura, tendrán una sonrisota al cerrar el encuentro.

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