EL MUSEO DE HIDALGO QUE FUE UN HOSPITAL MINERO
Las historias y leyendas siguen vivas en el recinto cultural ubicado en el Pueblo Mágico de Real del Monte, convirtiéndolo en uno de los sitios de interés turístico más representativos del primer poblado minero de Hidalgo
Las historias de dolor y sufrimiento han sido olvidadas, lo que alguna vez fue un hospital se ha convertido en un museo que puede ser apreciado por propios y extraños, para conocer un poco sobre la historia del primer pueblo minero de Hidalgo.
El Museo de Medicina Laboral es un sitio emblemático de Real del Monte, forma parte de una red de museos del pueblo minero que comienza desde el del Paste, pasando por el Museo de Minería y el de Casa Grande, siendo uno de los principales atractivos para los visitantes que buscan conocer el Pueblo Mágico hidalguense y admirar este lugar con mucha historia.
En sus inicios fue el Hospital Minero, donde se atendían a los trabajadores subterráneos que resultaban heridos o enfermos por las arduas jornadas laborales en las que eran obligados a trabajar. Fue hasta 1982 cuando dejó de ser un nosocomio para convertirse en el Museo que es conocido hoy en día.
Desde el momento en que el turista ingresa al lugar, viaja en el tiempo a principios del siglo pasado, ya que sus instalaciones mantienen la misma esencia de un lugar que proliferó en los últimos años del Porfiriato y estuvo ajeno a la Revolución Mexicana.
Sus amplios ventanales iluminan el interior del museo permitiendo a los espectadores revivir una época que cada vez parece más lejana. Construida en su totalidad con ladrillo y piedra, este museo se ubica en una de las zonas más elevadas de Real del Monte, por lo que probablemente sea el recinto cultural a mayor altura sobre el nivel del mar del país.
El jardín que rodea una fuente invitan a los visitantes a conocer más sobre este espacio cultural que se ha convertido en uno de los orgullos de los habitantes de Real del Monte, pues los turistas pueden ver cómo era el material médico que se ocupaba en los primeros años del Siglo XX, con objetos en su mayoría de madera, muy distintos a los instrumentos de plástico y estilizados que se emplean en la actualidad.
“Se siente como si estuviéramos en un hospital de antes, creo que nunca me había sentido así”, dice Jaime González Valencia, un turista de la Ciudad de México, que afirma que no había visitado un museo en el que se recreara el ambiente médico de los nosocomios antiguos.
Una de las historias que ha superado el tiempo, es la de la enfermera holandesa que, según la leyenda, atendía día y noche a los mineros en el nosocomio y dedicó su vida a esta labor hasta que falleció, sin embargo, al no tener familia, dicen que todavía después de su muerte seguía ayudando a los enfermos.
Los guías turísticos relatan que los mineros anteriormente se enfermaban de problemas respiratorios por inhalar sustancias químicas dañinas, ya que trabajaban en las minas sin ningún tipo de medida de seguridad, por lo que en el hospital se les enseñaba de las enfermedades que podían padecer debido a su labor para ellos mismos trataran de evitarlas.