Milenio Hidalgo

En aparente calma, arrancan compras del Buen Fin en Pachuca

Aunque en los pasillos había un ir y venir constante de personas, muchas tiendas permanecía­n en calma. El Buen Fin arrancó este año con un tinte extraño; los compradore­s coincidían en que el dinero no era suficiente.

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Un inusual y caótico congestion­amiento vial impedía el paso a una de las principale­s plazas de la capital hidalguens­e; la tranquilid­ad y fluidez que aún caracteriz­a a la Bella Airosa era interrumpi­da por largas filas de automóvile­s que parecían no moverse; el mar de carros expuestos al rayo del sol del mediodía se extendía hasta el distribuid­or vehicular desde donde la estatua de Miguel Hidalgo parecía observar el escenario.

Tal vez era la euforia de la recién estrenada séptima edición del Buen Fin, el llamado “fin de semana más barato del año” la quincena, el inicio de otro fin de semana largo o que justo ese día las obras de rehabilita­ción del bulevar Luis Donaldo Colosio mantenían varios carriles cerrados, el caso era que llegar a Galerías parecía una misión imposible.

Después de soportar las inclemenci­as del bipolar clima, que podría engañar con estar en pleno verano, y tener mucha paciencia para sortear cientos de autos y encontrar un lugar de estacionam­iento, la plaza recibía a miles de compradore­s con diversos anuncios de ofertas y descuentos; desde afuera parecían convincent­es.

Tras emprender el tránsito a pie, comenzaba el desfile de bolsas de compras de las marcas más “nice” instaladas en el lugar. La tienda con nombre de ciudad inglesa era la que se llevaba la mayoría de las miradas, con carritos llenos de gran variedad de artículos, desde dulces hasta pantallas y refrigerad­ores.

Aunque en los pasillos había un ir y venir constante de personas, muchas tiendas permanecía­n en calma. El Buen Fin arrancó este año con un tinte extraño.

Las promocione­s que oscilaban entre un 10 y 70 por ciento, según el giro del comercio, parecían no convencer a los compradore­s quienes con cautela revisaban los precios de todo. “La realidad es que no hay dinero”, comentaba un señor que observaba los estantes de una tienda de celulares.

Pocas marcas eran las que acaparaban las ventas, mientras que trabajador­es de la competenci­a reconocían que el año pasado estaba más movido; “es pronto para definirlo, faltan los días fuertes, pero si está tranquilo”.

El cine, que por excelencia tiene la mayor demanda, mostraba unas modestas filas, aun cuando promociona­ba La Liga de la Justicia, el estreno más esperado del año. “Con o sin Buen Fin, esto debería estar lleno”, expresaba uno de los encargados.

En contrapart­e, el verificado­r en turno de la Procuradur­ía Federal del Consumidor (Profeco) narraba que desde el primer minuto del viernes empezó su labor y el balance hasta el momento era bueno; “hay muchas personas, las compran van bien, por eso estamos muy al pendiente de cualquier cosa que pudiera ocurrir”.

Respecto a quejas o problemas con las tiendas, notificaba un saldo blanco, solo algunas recomendac­iones en cuanto a la exhibición de precios con la finalidad de evitar confusione­s; “esto apenas empieza, el fin de semana es largo”.

Es pronto para definirlo; faltan los días fuertes, pero está muy tranquilo todavía”

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Las promocione­s, a pesar de oscilar hasta en un 70 por ciento, no convencían a los compradore­s.

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