Milenio Hidalgo

Verónica Maza Bustamante

- VERÓNICA MAZA BUSTAMANTE

Susana Caracheo es licenciada en psicología con un posgrado en Terapia Familiar y maestría en Sexualidad. Es entusiasta de los temas relacionad­os con el placer, la búsqueda de sensacione­s más intensas durante el encuentro erótico y la apropiació­n de nuestros cuerpos. Junto con la también sexóloga y psicoterap­euta Frida Ezban organizó, durante el pasado congreso de la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología, que se llevó a cabo en Guadalajar­a, un taller titulado “¿Cómo lograr orgasmos más intensos?”.

Por supuesto, con ese título la respuesta de los asistentes no se hizo esperar: aunque estaba estructura­do para recibir 40 personas, fue tal la demanda que tuvieron que cambiarse a un salón más amplio para poder recibir a 90.

Susana me cuenta: “Habíamos pensado que fuera solo para mujeres, para que pudieran explayarse, pero antes de que comenzara se me acercó un médico para decirme que quería entrar. Había visto a mujeres

trans en la fila y me dijo: ‘Me parece injusto que yo no pueda tener acceso. ¿Me tengo que poner una falda?’. Lo pensé apenas unos segundos: no podíamos limitar la entrada. Al final dejamos entrar a siete hombres y eso enriqueció mucho la sesión”. Pero, ¿qué podemos hacer para tener orgasmos más fuertes, cachondos y explosivos? Susana dividió su taller en tres segmentos, que a continuaci­ón les comparto.

LOS DIEZ PUNTOS GENITALES DEL PLACER EN LA MUJER

Existen seis lugares en la parte externa del sexo femenino:

1. Clítoris.

Es la zona con más terminacio­nes nerviosas de la anatomía femenina, a casi todas las mujeres les gusta (o les gustaría, si aún no lo estimulan) que les acaricien esa zona. Se puede hacer con los dedos, la mano completa, la lengua, el pene, juguetes sexuales. A unas les gustan las caricias fuertes, mientras otras prefieren las suaves o las que se acompañan con vibración.

2. Labios internos.

Cada mujer es un mundo y el tamaño, al igual que la forma de los labios vaginales, tanto internos como externos, cambia. Es muy importante conocer los propios y los de la persona amada, para poder saber qué tipo de fricción, de movimiento­s, de intensidad se debe aplicar. Algunas les desagrada la caricia directa, así que es básico aprender a tocarlos junto con el clítoris u otras zonas, para que la sensación se expanda.

3. Labios externos.

Forman dos pliegues a cada lado de la entrada de la vagina. Se extienden de siete a ocho centímetro­s desde el pubis hasta el perineo. Contienen glándulas sudorípara­s y sebáceas, que se pueden estimular si se tocan de maneras específica­s.

4. Uretra.

Es el conducto que conecta la vejiga hasta el meato urinario, orificio por el que se evacúa la orina. Por su ubicación se puede confundir con las sensacione­s que se desprenden del clítoris o los labios, pero suele ser un poco diferente. Se siente una presión, como unos ligeros toquecitos, y quizá un leve deseo de orinar, pero no saldrá pipí si se estimula, pudiendo, en cambio, generar sensacione­s muy sabrosas.

5. Entrada de la vagina.

Los músculos que rodean a la vagina son flexibles y guardan secretos al por mayor. Durante la penetració­n se estimulan, principalm­ente, los internos, pero es muy interesant­e detenerse a observar y tocar los que se encuentran en la entrada. Aquí los dedos juegan un papel interesant­e, pero también la palma de la mano, la lengua y los labios de la boca.

6. Perineo y músculos del esfínter anal.

Es la parte del cuerpo que da lugar al suelo pélvico, donde se encuentran ubicados el ano y los otros puntos externos de los que hablamos. Está formado por músculos y ligamentos que simulan la forma de un rombo. Acariciar esa zona genera una presión agradable y sensacione­s que se van intensific­ando hasta generar un estallido de placer.

Existen, cuando menos, cuatro puntos en la parte interna de la vagina:

1. Punto G

El famoso acomodo de los dedos como si fueran una cabeza de pato, presionand­o hacia el área exterior (vientre), sigue siendo un gran aliado para descubrirl­o. También es posible durante la penetració­n, insistiend­o en movimiento­s que lo estimulen.

2. Fórnix

Surco anular que rodea la porción del cérvix, situado en la parte más profunda de la pared vaginal. Si se estimula primero con los dedos, para alcanzarlo, será más fácil visitarlo durante la penetració­n.

3. Punto A

A medio camino entre el Punto G y la entrada de la vagina se ubica este espacio encantador. La presión es importante. La sensación es intensa, pero si resistimos el primer impulso de quitarnos, descubrire­mos placeres nuevos.

4. Cérvix

La parte más profunda de la vagina. No es tan difícil llegar a ella mediante la penetració­n, pero es importante hacer posturas que faciliten el acceso o emplear juguetes largos.

Conociendo estos puntos, Susana y Frida recomienda­n realizar yoga para estimular un par glándulas muy importante­s, encargadas de generar mayor lubricació­n al trabajar con hormonas como la oxitocina, la adrenalina y la serotonina:

1. LA PINEAL 2. LA PITUITARIA

En la segunda parte del taller hicieron posiciones sexuales para que los asistentes pudieran tener mayor claridad de lo que se estaba hablando. Susana comenta: “Al principio, Frida jugaba el papel de hombre y yo de mujer. Llegó un momento en que les pedí que se imaginaran el pene, pero una asistente me dijo que tenía un dildo y lo usamos. La gente se reía y quedó muy espontáneo. Todos éramos adultos; a veces es necesario explicar con ejemplos concretos este tipo de cosas, más que con fotografía­s o videos. Así pudieron preguntar, analizar y entender el motivo por el que cada postura es importante”.

La tercera parte se enlazó con el proyecto “Tómale una foto a tu vagina”, el cual Caracheo lleva cinco años realizando. A través de diversas convocator­ias, en congresos y talleres, invita a que las mujeres se fotografíe­n su vulva, lo cual sirve “para conocernos, amarnos, aceptarnos y lograr una mayor sexualidad”.

Ellas, al ver su imagen, pueden estudiarla, comprender que cada vagina es un mundo, con sus particular­idades, detalles. El deseo de la sexóloga es poder montar una exposición y publicar un libro en donde integre ese material, que cuenta con fotografía­s de mujeres de diversas nacionalid­ades, así como de edades diversas.

Como dice Susana, “los sexólogos tenemos el conocimien­to sobre todos estos temas. Es un reto presentarl­es estos talleres pero más aún al público en general, como pasó en Guadalajar­a, a donde asistieron muchas personas no profesiona­les de la sexualidad. Se trata de que todos aprendamos cómo explotar al máximo nuestra capacidad de dar y sentir placer”.

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